Humanidades: revista de la Universidad de Montevideo, 15, (2024): 9-14.

https://doi.org/10.25185/15.1

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Proemio

 

Enseñar humanidades hoy

Teach Humanities Today

Ensinar humanidades hoje

 

Álvaro Pérez Álvarez

Universidad de Montevideo, Uruguay

maperez1@um.edu.uy

ORCID iD: http://orcid.org/0000-0002-6936-4887

 

Antonio Martínez Illán

Universidad de Navarra, Spain

amartinez@unav.es  

ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-3425-9806

 

 

Este número monográfico de la revista Humanidades. Revista de la Universidad de Montevideo se titula: “Enseñar a leer y a escribir: la humanidades en el siglo XXI”. La enseñanza de las humanidades hoy se ha vuelto más necesaria que en otros tiempos. En la medida que hemos privado a los estudiantes de preguntarse y pensar sobre la vida o sobre el uso de la razón para comprender su lugar en el mundo, las aulas se han convertido en espacios donde cualquier saber que no tenga una utilidad inmediata es desterrado como ‘saberes inútiles’; así llama Simon Leys al conjunto de sus ensayos que recogen las lecturas de una vida (Barcelona, 2011). Leys parte de una máxima del maestro chino Zhuan Zi que nos puede ayudar a entender la preocupación por las humanidades en el siglo XXI: “Todo el mundo conoce la utilidad de lo que es útil, pero pocos conocen la utilidad de lo inútil”.

¿Cómo despertar entre los estudiantes la curiosidad por lo inútil?, ¿cómo transmitir la idea de que lo aprendido a través de una lectura, sin ningún fin práctico puede, con el paso de los años, convertirse en útil o, a veces, en lo más necesario? Internet, los móviles, la Inteligencia Artificial han cambiado la manera de  relacionarnos con otros y con el mundo y la forma en que atendemos a lo que nos rodea. Ha cambiado la manera de aprender. Esto es obvio, pero debemos partir de ahí. ¿Qué determina una buena enseñanza?, ¿y un buen aprendizaje en el mundo de hoy? Para responder, la pedagogía habla de que es necesario considerar el recorrido previo de los estudiantes, la acción docente, lo que hacen los estudiantes y el contexto de una clase o lección. Vamos a intentar responder con el ejemplo de la música, un saber tan necesario o tan “inútil” como el de las humanidades. 

El 27 de septiembre de 1880 se abrió Guildhall School of Music & Drama, la primera escuela municipal de música fundada en Londres. La escuela estaba en un garaje del Ayuntamiento  y comenzó con 62 estudiantes. Guildhall es hoy un centro con 800 estudiantes de música y 200 de teatro y producción escénica. La escuela tiene la medalla de oro en Teaching Excellence Framework, un reconocimiento que la Oficina de los estudiantes del Reino Unido da a las escuelas y universidades por su excelencia en la enseñanza. Definen la excelencia en la enseñanza con cuatro puntos: Well-designed, well-delivered, inclusive and ethical and reflective and evolving. Pablo González Bernardo (Oviedo, 1975), director de orquesta y de ópera, se formó en esa escuela y afirmaba en una entrevista que la dirección no se podía enseñar… pero sí aprender. En Guildhall el programa de composición musical tiene como compromiso desarrollar una voz única como compositor, para ello se valen de muchos métodos: lecciones individuales, clases magistrales, talleres, se estudian técnicas de composición, orquestación, música electrónica, análisis y estética. Sin embargo, lo primero para ellos es que se comprometen a trabajar cada pieza que el estudiante realice (to developing your unique voice as a composer means that we will workshop every composition that you write). 

En el mundo actual los estudiantes viven en la incertidumbre y solo pueden encontrar su voz, responder a la pregunta de quiénes son o hacia dónde van a través de la lectura individual y, también, si un profesor les enseña a leer y a escribir. Un profesor puede experimentar lo mismo que un compositor y un director de orquesta. No se enseña a ser buen profesor, pero se puede aprender. Impartir una clase, como escribir música o dirigir una orquesta, es un arte que busca la comunicación de unas ideas e involucra a un grupo humano. El aprendizaje de cómo enseñar no termina nunca. Se pueden aprender las herramientas implicadas en el aprendizaje, las metodologías, hoy día el uso de la Inteligencia Artificial en el aula, pero esas herramientas deben perseguir que el profesor encuentre su forma propia de enseñar y de entender el aprendizaje de los estudiantes. 

Plantearnos cómo aprenden los estudiantes hoy es el primer paso en la educación. El foco desde hace unas décadas está puesto en el aprendizaje, más que en la enseñanza. Un giro que pone el foco en el estudiante, en el proceso, y que se intenta impulsar a través de leyes, metodologías o programas docentes. En algunos casos se confía todo a la metodología, convirtiéndola en un fin (estudio del caso, aprendizaje colaborativo, aprendizaje por proyectos) y, en otros, queda reducido a cumplir el expediente por la burocratización, las prisas y la realidad del aula. Los estudiantes de hoy, como hemos dicho, viven en la incertidumbre y tenemos con ellos, de nuevo, que aprender a leer.

Este volumen espera contribuir con herramientas concretas para que los profesores que enseñan humanidades persistan en la lucha. Las enseñanzas de las humanidades pasa porque los profesores pongan el valor el estudio profundo y pausado de cuestiones inútiles: no se puede enseñar lo que no se profesa, palabra que comparte su etimología con “profesor”. Las conclusiones de los artículos incluidos en este monográfico así lo atestiguan. 

“Lectura y sabiduría”, de Jorge Peña Vial, señala la importancia de los clásicos y la necesidad de enfatizar su interés frente a otras opciones de entretenimiento y alude a la necesidad de transmitir el impacto positivo que estas obras dejan en el lector.

 

Por su parte, “La literatura infantil en el mundo tecnológico y la tecnología en el mundo de la literatura infantil. Consideraciones más allá de los soportes y las estrategias en educación”, de Andrea Beatriz Pac, Susana Mabel Bahamonde y María Nieves Skvarca, muestra los vínculos entre la literatura infantil y la tecnología y señala cómo en unas obras esta relación ayuda a generar experiencias narrativas valiosas pero, en otras obras literarias, la integración tecnológica no se contempla.

El artículo “La escritura como estrategia de orientación profesional en estudiantes universitarios de la carrera de Licenciatura en Psicología (UNLP)”, de Irma Colanzi, se sirve de encuestas a estudiantes y de una exhaustiva revisión bibliográfica para sugerir estrategias de lectura y escritura en el aula orientadas a la investigación en ciencias sociales en general y en la licenciatura de Psicología en particular.

El texto “Sabremos escribir. La docencia de la escritura en el grado de Comunicación de la Universidad de Montevideo”, de María Victoria Gómez Márquez, analiza con perspectiva histórica la enseñanza de la escritura en una facultad de Comunicación. Así, se señalan el conocimiento de las reglas ortográficas y gramaticales, un programa de lecturas de calidad y el foco en la corrección personalizada y en la autocorrección del estudiante como los instrumentos esenciales para la mejora del nivel expresivo de los alumnos.

Por último, el artículo “Música para una clase de literatura”, de Paloma Torres Pérez-Solero, comparte una experiencia docente que combina la metodología sobre la interpretación de un texto literario de Lázaro Carreter y Correa Calderón con las ideas musicales de Daniel Barenboim para describir cómo una clase de literatura que incorpora la música facilita la lectura y da claves interpretativas sobre su contenido.

El número se cierra con una entrevista al filósofo español y catedrático emérito de Filosofía en la Universidad de Navarra Rafael Alvira Domínguez (1924-2024), fallecido el 4 de febrero, realizada por Jesús Baiget Pons. En los obituarios que se han publicado en la prensa, sus antiguos estudiantes destacan de Rafael Alvira su sencillez, su sabiduría y el intento de desarrollar un pensamiento crítico en cada uno. Valga esta entrevista para homenajear a un profesor de excepcional impacto en España y Latinoamérica, maestro de generaciones de filósofos a ambos lados del Océano Atlántico. La batalla de la enseñanza de las humanidades es ardua, pero como señala Alvira, no debemos renunciar a darla. En el texto, y sin ánimo de exhaustividad, da algunas claves sobre la cuestión:

 

  1. “El diálogo socrático (para mí el modelo de diálogo) implica esos dos amores: al tema de que se trata y al alumno [...]. El maestro no quiere presumir ante el discípulo de que sabe sino que quiere lograr que el discípulo saque de dentro de sí la verdad que todos llevamos” y, por ese motivo, “todo buen maestro se enorgullece de que sus discípulos vayan más lejos que él: es la demostración de que has sido un buen maestro, tiene que ser así”.
  2. La conexión entre la pasión por el conocimiento y la preocupación por el alumno es fácilmente detectable: “Cuando un profesor vive ese amor por el saber se nota. Los alumnos lo experimentan [...]. La vida transmite vida”. 
  3. Por supuesto, la labor no siempre es grata y no está exenta de dificultades:  “Hay veces que es desesperante porque te gustaría que una persona se interesara por ti, por tu discurso, y hay veces que no lo consigues”, pero, cuando eso ocurre, hay que “seguir intentándolo, no dejarlo, pero no puedo forzar”. 

 

Volvamos a la comparación con el trabajo de un director de orquesta. En la misma entrevista que citamos al comienzo, el director Pablo González reconocía que cuando estaba aprendiendo dirección le marcaron dos directores, Sir Colin Davies (1927-2013) y Nikolaus Harnoncourt (1929-2016), y de ellos le admiró no tanto cómo dirigían, sino la convicción con que buscaban los detalles en la música. La certeza de la búsqueda, no del hallazgo, esto es lo que Pablo González vio en estos dos directores. Un profesor no ofrece el hallazgo, comparte con los estudiantes la búsqueda. El 5 de diciembre de 2015, Harnoncourt cumplía 86 y ese día anunció su retiro, consciente de un compromiso con los conciertos previstos que no podía cumplir, escribió una carta manuscrita cuyo destinatario era el público que acudía a la sala de conciertos de la Musikverein de Viena, donde él era el director. Leer esa carta permite conocer la categoría como director de Harnoncourt y, también, ayuda comprender hasta qué punto el compromiso de un director de orquesta se parece a la de un profesor. Harnancourt escribía: “Querido público: Mis facultades físicas requieren la cancelación de mis planes futuros. Se ha desarrollado una relación increíblemente profunda entre nosotros en el escenario y con ustedes en la sala de conciertos —¡nos hemos convertido en una venturosa comunidad de descubridores!—, mucho de esto quedará. El ciclo de este año se llevará a cabo en mi espíritu. ¡Permanezcan fieles a ello! Vuestro.” Si logramos que un aula se convierta en una “venturosa comunidad de descubridores”, como dice Hanoncourt, mucho o algo de eso quedará.

 

Referencias bibliográficas:

 

González, Pablo. “Entrevista a Pablo González por Mariana Todorova”. Entrevista por Mariana Todorova. Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española, 2021.  https://www.youtube.com/watch?v=-G9eR9S3QYI  

Harnoncourt, Nikolaus. "Nikolaus Harnoncourt’s Retirement from the Stage", 2015. https://www.harnoncourt.info/en/rueckzug-nikolaus-harnoncourts-von-der-buehne-2/  

Leys, Simon. Breviario de saberes inútiles, Barcelona: Acantilado, 2016.

 

 

Nota: Para citar este artículo / To reference this article / Para citar este artigo

Pérez Álvarez, Álvaro y Antonio Martínez Illán. “Enseñar humanidades hoy”. Humanidades: revista de la Universidad de Montevideo, 15, (2024): 9-14. https://doi.org/10.25185/15.1

 

Nota: Editor responsable Fernando Aguerre: faguerre@um.edu.uy