Laura
Bermúdez.
Historia oral: claves de la entrevista para trabajar recuerdos y
olvidos.
Montevideo: Tradinco
S.A, 2017, 157 pp.
Recibido: 09/03/2018
Aceptado: 24/14/2018
El libro de Laura Bermúdez atrapa desde su tapa
verde. Con un diseño a modo de historieta, donde el primer plano lo capta el
globo de texto o bocadillo del que habla y un micrófono, se desprende a nivel
gráfico el contenido del trabajo: “Historia
Oral: claves de la entrevista para trabajar recuerdos y olvidos”
especificando los tópicos que serán tratados en profundidad: el recuerdo, la
memoria, la identidad y el necesario olvido.
Laura Bermúdez, Licenciada en Ciencias Históricas por
la Facultad de Humanidades y Ciencias,
UDELAR (1983) y con estudios en Comunicación por la Universidad Católica
de Lovaina, Bélgica (1983-1985), se ha
especializado en Historia Oral habiendo realizado numerosos proyectos como ser
“Memorias de La Paloma”( sobre los primeros pobladores de ese balneario),
“Memorias en Red” ( sobre los pioneros en computación de nuestro país),
“Palabra” (serie de 10 cortometrajes sobre personas públicas conocidas por su
labor pública, cultural, intelectual, sindical o religiosa), “Pesca, sinsabores
y esperanzas” (sobre el sector de la pesca artesanal), entre otros. Fue docente
en Técnicas de la Investigación Histórica de la UDELAR hasta el 2014 y
actualmente se desempeña como docente en el Centro Universitario de la Regional
Este (CURE) de la UDELAR.
En el libro que nos convoca, estructurado en nueve
capítulos, ella sistematiza su
conocimiento sobre esta forma de hacer historia, desde la importancia de la
palabra sobre lo escrito en épocas de la Antigüedad, pasando por el período donde lo escrito
estaba sacralizado (siglo XVIII) hasta
el éxito actual
de
la historia oral en la figura de la bielorrusa y Premio Nobel 2015, Svetlana Alexiévich.
La autora sostiene que el objetivo del trabajo con
fuentes orales “es el de mostrar los rostros, los gestos, la forma de vida, y
el sentir de un tiempo pasado, es decir, la doble función de generar fuentes
orales para la investigación y construir una vía para la construcción y
reconstrucción de la identidad personal y grupal” (pág.
14).
La memoria se vincula con la identidad, pero esta se
relaciona con un colectivo, ya que son éstos los que determinan qué es memorable y qué no. La autora
también realiza la distinción entre Tradición oral (relatos del pasado que
vienen de una generación a otra), pudiendo ser cuentos, recetas de cocina,
canciones infantiles y otros mientras
que la Historia Oral necesita de memorias vivas para generar una fuente, el
relato de alguien que presenció el hecho, que fue protagonista del mismo.
Esa memoria será cambiante como la vida misma; como
nos dice uno de los grandes académicos de esta disciplina, Alessandro
Portelli, “lo realmente importante es que la memoria
no es un depósito pasivo de hechos, sino un activo proceso de creación de
significados. Así la utilidad específica de las fuentes orales para el
historiador no está tanto en la capacidad para preservar el pasado como en los
cambios mismos elaborados por la memoria […]. Estos cambios revelan el esfuerzo
de los narradores por darle un sentido al pasado y una forma a sus vidas y
colocan a la entrevista y a la narración en su contexto histórico […]” (Portelli: 2013)
La autora, en los cinco primeros capítulos, realiza
un recorrido por los orígenes de la Historia Oral(desde Heródoto hasta la época
actual) y su sistematización luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando Allan Nevins en la Universidad de Columbia creó un centro de
archivos Orales, donde recogería el testimonio de personalidades de la política
y la sociedad norteamericana. Destaca la importancia de la cinta
magnetofónica, fundamental para dicho
desarrollo, como también el surgimiento de la Escuela de los Annales en 1929. Dicha escuela le proporcionaría a las
fuentes orales el privilegio de ser consideradas “documentos”, utilizando
métodos (la entrevista) a los que la sociología recurría frecuentemente. En la
década de los 60 se ampliaría el concepto de historia oral para darle voz a los
sin voz. Los “History Workshops” creados por los
historiadores ingleses Paul Thompson y Raphael Samuel entrevistando a la clase
obrera trabajarían en ese sentido. Estos pioneros participarían en la creación
de los archivos de Sonido de la Biblioteca Nacional de Londres, de la Revista
Oral History y de las Conferencias Internacionales de
Historia Oral, que se celebran cada dos años en diferentes partes del
mundo, organizadas por la International Oral HistoryAssociation
(IOHA), fundada en 1996, y que ha generado una revista Palabras y Silencios/
Words and Silences,
en papel originalmente y ahora en forma digital (iohanet.org).De igual manera
la autora realiza un relevamiento exhaustivo de
los Archivos Sonoros en distintas partes del mundo, como así también las
Asociaciones Mundiales y Regionales de Historia Oral que han aparecido a partir
de los años 90.
En el capítulo seis, que trata sobre los temas de la
historia oral, Laura Bermúdez destaca los cambios que ha habido desde sus
orígenes cuando inicialmente se interesaba por las vidas de personas conocidas
públicamente y su labor cultural, intelectual, política, sindical o religiosa,
hasta la actualidad donde se recogen memorias de personas comunes y corrientes
que, si bien no tienen espacio en los medios de comunicación, “tienen algo que
decir” (pág. 53). Es así que surgen trabajos sobre las mujeres uruguayas en
distintas circunstancias (artesanas, destacadas en ámbitos académicos,
resistentes a la dictadura). En cuanto a este último tema, la autora resalta la
importancia de esta forma de hacer historia de los años de dictadura cívico
militar, ya que es un hecho reciente y gran parte de sus protagonistas son
“memorias vivas”. De la misma manera, el fenómeno migratorio es otro tema que
interesa especialmente en la actualidad; o las memorias de ex funcionarios de
instituciones que ya no existen (como ser el caso de Organización Nacional De
Autobuses, o del Frigorífico Anglo), como también de trabajadores rurales de
nuestro pasado. Es decir, recorre los cambios en la temática de la historia
oral desde sus orígenes a la actualidad.
El capítulo siete es un análisis pormenorizado sobre
los pasos a seguir para investigar con fuentes orales: desde la hipótesis de
trabajo, la construcción del marco histórico, hasta la preparación de la
entrevista, el soporte tecnológico, las posibles preguntas a realizar o la
autorización necesaria que debe otorgar el entrevistado para que su información
pueda ser divulgada.
Es muy interesante lo que dice la autora sobre el
“desentrañar ese decir, ese no decir, ese silencio debemos posicionarnos con
una cierta sensibilidad estética y ética” (pág. 91). “Se impone la supresión de
algunos recuerdos para hacer hueco a otros, […]
nos remite a la memoria traumática de recuerdos que son demasiado
cruciales para ser olvidados pero también demasiado traumáticos para ser
recordados” (pág. 100) en esa tensión permanente de recuerdo/olvido.
La autora provee un interesante anexo documental
para el quehacer de los historiadores orales como ser un trabajo de Paul
Thompson sobre la transmisión entre generaciones, la historia oral en Brasil a
través de historias de vida de dirigentes políticos realizado por Aspasia Camargo, y las traducciones de los textos: “la
teoría de la huella” de Albert d´Haenens, “El Exilio”
por John Berger, y el imperdible artículo
de Alessandro Portelli
“El tiempo de mi vida: funciones del tiempo en la historia oral”.
El libro de Laura Bermúdez resulta una lectura
fundamental para todos aquellos que se interesen por el quehacer de la Historia
Oral, ya que presenta en forma clara y precisa las herramientas necesarias para
llevar a cabo una entrevista (materia prima de las fuentes orales) y el marco
teórico imprescindible para comprender esta forma de hacer historia.
Prof. Daniela Garino
Universidad de
Montevideo