Humanidades: revista de la Universidad de Montevideo, 17, (2025): e178. https://doi.org/10.25185/17.8

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https://doi.org/10.25185/17.8

 

Estudios

 

Diplomacia internacional, redes intelectuales y memoria en América Latina. A 60 años de la intervención de Estados Unidos en República Dominicana

International Diplomacy, Intellectual Networks, and Memory in Latin America: Sixty Years Since the United States’ Intervention in the Dominican Republic

Diplomacia Internacional, Redes Intelectuais e Memória na América Latina: Sessenta Anos da Intervenção dos Estados Unidos na República Dominicana

 

 

Hugo Harvey-Valdés
Universidad de Las Américas, Chile
hharvey@udla.cl
ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-7184-1670  

 

Cristián Medina Valverde
Universidad San Sebastián, Chile
cristian.medina@uss.cl
ORCID iD:
https://orcid.org/0000-0002-3487-182X  

 

Javier Castro Arcos
Universidad San Sebastián, Chile.
javier.castro@uss.cl  
ORCID iD:
https://orcid.org/0000-0002-0052-6825

 

Recibido: 25/03/2025 - Aceptado: 11/04/2025

 

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Harvey-Valdés, Hugo, Cristián Medina Valverde y Javier Castro Arcos. “Diplomacia internacional, redes intelectuales y memoria en América Latina. A 60 años de la intervención de Estados Unidos en República Dominicana”. Humanidades: revista de la Universidad de Montevideo, nº 17, (2025): e178. https://doi.org/10.25185/17.8

 

Introducción

A sesenta años de la invasión estadounidense a la República Dominicana, el presente dossier propone una revisita crítica a un punto de inflexión de la historia interamericana contemporánea, cuya densidad política y repercusiones diplomáticas han sido notoriamente subestimadas por la historiografía latinoamericana.[1] Conformado por dos artículos originales y una entrevista académica, el conjunto de contribuciones reunidas se articula desde una lectura latinoamericana que, aunque nutrida por aportes chilenos en esta edición, busca trascender los marcos nacionales para contribuir a la comprensión de una problemática regional. Por lo tanto, el objetivo central de este dossier es posicionar a la crisis dominicana en un lugar de preponderancia en los estudios sobre el imperialismo, las políticas exteriores latinoamericanas y las memorias políticas del siglo XX.

A pesar del número limitado de aportes, el dossier ofrece un aporte sustantivo para la renovación de los estudios sobre la Guerra Fría en América Latina, proponiendo aproximaciones que dialogan con la historia política, la Nueva Historia Diplomática (NHD), la Historia de las Relaciones Internacionales (HRRII) y la historia de las emociones. En esta medida, lo que aquí se propone es una interpretación transnacional, situada en la región y con plena conciencia de los vínculos interamericanos, que recupere el valor de los actores estatales y no estatales, los discursos políticos y culturales, y las formas en que se construyó memoria sobre este episodio.

Este proemio se estructura en cinco secciones. En primer lugar, se expone el contexto historiográfico que motivó la convocatoria del dossier, subrayando los vacíos disciplinares que intenta abordar. En segundo término, se examina la relevancia de este conjunto de estudios en la relectura latinoamericana de los procesos interamericanos, más allá de la escala nacional de sus fuentes. En tercer lugar, se presenta un análisis crítico de cada una de las contribuciones, estableciendo sus principales hallazgos, metodologías y fuentes. Posteriormente, se articulan los vínculos y tensiones entre los textos, explorando las convergencias analíticas, divergencias interpretativas y diálogos entre ellos. Finalmente, se reflexiona sobre los aportes globales del dossier a la historiografía regional y a los debates actuales sobre diplomacia, imperialismo y memoria.

La historiografía interamericana y el vacío dominicano: una omisión persistente

A pesar de la magnitud y consecuencias de la intervención estadounidense en República Dominicana en 1965, su tratamiento historiográfico ha sido desigual. Las intervenciones en Guatemala en 1954 o los hechos acaecidos en Chile entre 1963 y 1973 han generado una vasta literatura especializada, con abordajes desde la historia política, la acción encubierta, la guerra psicológica y las redes transnacionales.[2] Sin embargo, el caso dominicano ha permanecido en una suerte de opacidad académica, particularmente en la producción latinoamericana. Esta omisión resulta aún más llamativa si se considera que la operación “Power Pack” implicó el desembarco de más de veinte mil soldados estadounidenses, la instauración de un gobierno provisional, la participación directa de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la creación de una Fuerza Interamericana de Paz y un amplio debate en múltiples escenarios multilaterales. En efecto, el mundo presenció una de las acciones más visibles y contundentes de la política hemisférica de contención anticomunista emprendida por Estados Unidos tras el triunfo de la Revolución Cubana.

El historiador estadounidense Alan McPherson, entrevistado en este dossier, ha sido una de las voces más persistentes en denunciar este desequilibrio. Tal como lo expresa en el diálogo sostenido para esta edición, el caso dominicano reúne características que lo convierten en un episodio central de la Guerra Fría hemisférica: presencia directa de tropas estadounidenses, invocación a la doctrina de seguridad continental, instrumentalización de la OEA, polarización de los actores políticos locales, y una compleja reacción de las cancillerías latinoamericanas.[3] No obstante ello, los estudios se han concentrado en la dimensión diplomática estadounidense, privilegiando las fuentes de la política exterior de EE.UU. y los archivos de seguridad nacional. La mirada latinoamericana ha sido puntual, privilegiando la acción oficial de los gobiernos sin problematizar las respuestas internas, los clivajes ideológicos o la agencia de actores no estatales.[4] De igual modo, ha sido escasa la atención a los vínculos interamericanos en clave de redes intelectuales, debates parlamentarios, producciones culturales o reacciones populares.

En los últimos años, el avance de la NHD ha permitido complejizar las interpretaciones. La incorporación de herramientas analíticas provenientes de los estudios de memoria, la historia de las emociones y el análisis del discurso ha permitido desplazar el foco desde los centros de decisión hacia los actores intermedios, las agencias periféricas y las mediaciones simbólicas. Bajo esta mirada, la intervención estadounidense en Santo Domingo no es únicamente un evento de alta política, sino también un episodio cargado de representaciones, afectos y construcciones narrativas, que movilizó solidaridades, generó reacciones políticas y contribuyó a moldear los discursos sobre el imperialismo y la soberanía en el continente.

Desde esta perspectiva, la intervención de 1965 debería leerse más allá de una operación militar en el Caribe o un conflicto diplomático, sino también como un hecho catalizador de procesos que estructuraron la comprensión latinoamericana del poder estadounidense, de la autonomía regional y del papel de organismos multilaterales como la OEA. El carácter hemisférico del acontecimiento, con reacciones en múltiples países de América Latina, exige una historiografía que reconozca esta pluralidad de actores, voces y memorias. El presente dossier responde a esa urgencia historiográfica, situándose deliberadamente en una intersección entre HRRII y estudios culturales, historia diplomática y política exterior, discursos oficiales y memorias sociales.

Relecturas latinoamericanas y agencia regional

Uno de los objetivos fundamentales de este dossier es ampliar las miradas y asimilar la intervención estadounidense en República Dominicana en 1965 como un fenómeno que sobrepasa los límites bilaterales entre Washington y Santo Domingo. Se trató de un episodio que culmina la era de las operaciones encubiertas, para dar paso a acciones directas, aumentando las crecientes tensiones hemisféricas, en las que múltiples gobiernos, partidos políticos, actores sociales y medios de comunicación de América Latina adoptaron una activa posición. Esta vocación por recuperar una mirada interamericana desde América Latina requiere enfatizar el carácter relacional del conflicto y su capacidad para proyectarse en espacios políticos, ideológicos y simbólicos más allá del Caribe insular.

La documentación diplomática de la época, los debates en Naciones Unidas y en la Organización de Estados Americanos y las reacciones públicas en distintos países del continente y su asimilación a los escenarios políticos domésticos dan cuenta del impacto que tuvo la invasión estadounidense. En varios países latinoamericanos, incluidos México, Venezuela, Argentina, Uruguay, Perú y Chile, se produjeron movilizaciones estudiantiles, condenas parlamentarias, editoriales periodísticos críticos y pronunciamientos desde la cultura e intelectualidad. En consecuencia, estos acontecimientos movilizaron una densa red de solidaridades hemisféricas, obligando a redefinir discursos sobre el panamericanismo, la autodeterminación, la legitimidad del sistema interamericano y los límites de la soberanía en el contexto de la Guerra Fría.

El diálogo con Alan McPherson incluido en este dossier permite comprender en profundidad la ambivalencia de dichas reacciones y la variedad de lecturas que la intervención suscitó. Desde su experiencia como investigador y desde su conocimiento sobre las intervenciones estadounidenses en América Latina, McPherson destaca cómo la ocupación dominicana cristalizó una nueva etapa del intervencionismo abierto, posterior al fracaso de las políticas de buena vecindad. Asimismo, plantea la necesidad de superar las visiones dicotómicas que oponen de forma mecánica a “imperialistas” y “antiimperialistas”, sugiriendo explorar la zona gris en la que los gobiernos de la región negociaron sus respuestas frente a la incursión militar norteamericana.

De este modo, se hace evidente que la intervención fue recibida de manera diversa. Hubo países cuyas cancillerías optaron por una condena expresa, otros que legitimaron la acción de Estados Unidos bajo la narrativa del anticomunismo y otros que intentaron mediar o abstenerse en función de sus propias coyunturas internas. Esta pluralidad de respuestas desafía cualquier lectura unívoca y obliga a explorar las especificidades nacionales sin perder de vista la circulación transnacional de discursos, afectos y representaciones.

En ese marco, los artículos reunidos en este dossier ofrecen estudios de caso que, sin proponerse como síntesis regional, permiten acceder a lógicas interamericanas. El artículo del Dr. Milton Cortés no se limita a describir las posturas de la izquierda, centro y derecha chilenas frente a la intervención. Más allá de su anclaje empírico, el texto contribuye a una reflexión sobre cómo las crisis hemisféricas son utilizadas por los actores políticos locales para construir legitimidad, proyectar identidades ideológicas y disputar el sentido de los valores democráticos. De esta forma, la crisis dominicana resultó una caja de resonancia para la confrontación de proyectos políticos dentro de los Estados latinoamericanos y no un hecho externo que se impone desde fuera.

Del mismo modo, el análisis del Dr. Gonzalo Serrano sobre la representación de la intervención en la revista satírica Topaze, permite visibilizar un campo discursivo pocas veces abordado por la HRRII: el de la caricatura política, la prensa humorística y la construcción visual del imperialismo. El uso del humor gráfico como herramienta de crítica política revela cómo los debates sobre antiamericanismo, soberanía y autoritarismo eran procesados y difundidos en formatos populares, circulando en registros que entrecruzaban la denuncia ideológica con la cultura de masas. Esta línea de trabajo invita a reconsiderar el lugar de las producciones culturales en la configuración de los climas de opinión sobre la política exterior y las relaciones hemisféricas.

Ambos artículos, en conjunto con la entrevista a McPherson, constituyen aportes a una relectura latinoamericana de la intervención de 1965, no porque reconstruyan una mirada regional homogénea, sino porque exhiben las formas en que la región procesó, reinterpretó y resignificó el hecho. A través de sus fuentes y metodologías, estas contribuciones demuestran que es posible -y necesario- encaminarse hacia una historia interamericana de la intervención estadounidense en Santo Domingo en 1965 que incorpore las voces del sur, los debates locales, las redes intelectuales y las respuestas culturales.

Análisis de las contribuciones: fuentes, hipótesis y hallazgos

Las tres contribuciones reunidas en este dossier constituyen ejercicios de análisis histórico rigurosos y complementarios, los cuales se distinguen tanto por la diversidad de fuentes consultadas como por la originalidad de sus preguntas de investigación. En conjunto, permiten una reconstrucción multidimensional de las reacciones ante la intervención estadounidense en República Dominicana en 1965, desde los planos político, cultural e historiográfico, abriendo líneas de interpretación que contribuyen de manera sustantiva a una historia interamericana crítica.

El artículo de Milton Cortés, titulado “El debate en Chile sobre la intervención estadounidense en República Dominicana, 1965”, se sitúa en la intersección entre historia de las ideas políticas e HRRII. Su principal hipótesis es que el episodio dominicano fue activamente resignificado por las fuerzas políticas chilenas para afirmar sus respectivas narrativas ideológicas. A partir de un corpus documental compuesto por discursos parlamentarios, editoriales de prensa, archivos diplomáticos y declaraciones partidarias, el autor demuestra que la intervención fue objeto de una intensa pugna discursiva que reflejó el proceso de polarización interna que caracterizó al Chile de mediados de los años sesenta. La izquierda denunció el hecho como expresión de un imperialismo sistemático, mientras la derecha lo justificó en nombre del orden y la lucha contra el comunismo. Por su parte, la Democracia Cristiana buscó mantener una posición intermedia, compatible con su proyecto reformista y con su voluntad de preservar vínculos estratégicos con Washington. El artículo se destaca por su lectura crítica de los usos políticos del antiimperialismo, así como por la articulación entre fuentes primarias y marcos interpretativos provenientes de la teoría política.

Por su parte, el segundo artículo de Gonzalo Serrano, “La intervención de Estados Unidos en República Dominicana en la revista satírica chilena Topaze (1965)”, representa un aporte innovador al incorporar el análisis iconográfico y semiótico de las caricaturas políticas como fuente para la HRRII. Utilizando como corpus una serie de viñetas publicadas en la mítica revista Topaze durante los meses de la intervención, el autor reconstruye las dinámicas del humor gráfico como dispositivo de crítica al poder norteamericano, mecanismo de construcción simbólica del antiimperialismo en el espacio público y de apoyo al gobierno de Frei Montalva. El texto demuestra que la sátira no solo reflejaba las tensiones del momento, sino que también contribuía a configurar un imaginario donde se representaba a Estados Unidos como una amenaza omnipresente, caricaturizada a través de íconos como el “Tío Sam” o mediante la representación del presidente Johnson como agente de desestabilización continental. Serrano argumenta que estas representaciones, lejos de ser anecdóticas, formaban parte de un ecosistema discursivo más amplio, en el que la prensa humorística interactuaba con los discursos oficiales y con las emociones políticas de la ciudadanía. En este sentido, el artículo constituye un ejercicio de historia cultural de la diplomacia y su impacto popular, al explorar un tipo de fuente generalmente subestimada por la historiografía tradicional.

Finalmente, el diálogo entre Alan McPherson y Hugo Harvey-Valdés, “Reflexiones sobre el imperialismo, el antiamericanismo y las nuevas historias diplomáticas”, cumple una doble finalidad. Por un lado, ofrece un balance historiográfico de los estudios sobre la intervención de 1965 desde la perspectiva de uno de los especialistas más destacados en el tema. Por otro, permite vislumbrar las posibilidades teóricas y metodológicas de la NHD en clave interamericana. McPherson analiza la evolución de la política exterior de Estados Unidos en el Caribe, la instrumentalización de la OEA, las tensiones entre las visiones maniqueas del antiamericanismo y la necesidad de estudiar las zonas grises, donde se inscriben las ambivalencias, los oportunismos y las resistencias matizadas de los actores latinoamericanos. El diálogo transita desde una visión panorámica de las relaciones hemisféricas hasta una evaluación detallada del caso dominicano, subrayando los motivos por los cuales este episodio, a pesar de su relevancia, ha sido subestimado en comparación con Guatemala (1954) o Chile (1973). La entrevista constituye, por tanto, un insumo valioso tanto para especialistas como para investigadores en formación, ya que combina densidad analítica con claridad expositiva, y articula dimensiones historiográficas, teóricas y éticas del oficio del Historiador.

En suma, las tres contribuciones aquí reunidas, aunque disímiles en sus enfoques, comparten una voluntad común: repensar el lugar de América Latina en los conflictos de la Guerra Fría desde perspectivas críticas, documentadas y sensibles a las complejidades del período. Al ampliar el espectro de fuentes, al tensionar los marcos interpretativos y al incorporar registros tangencialmente explorados, estos trabajos constituyen un avance hacia una historia más plural, interconectada y representativa de las experiencias latinoamericanas frente al poder estadounidense.

Convergencias, diálogos y tensiones entre las contribuciones

Uno de los principales méritos del presente dossier reside en la posibilidad de establecer vasos comunicantes entre textos con objetos, metodologías y fuentes distintas, pero que al ser leídos en conjunto permiten una comprensión más extensa y compleja de la intervención estadounidense en República Dominicana en 1965 como fenómeno hemisférico. A diferencia de otros compendios temáticos donde la yuxtaposición de trabajos aislados responde a una mera acumulación temática, estas contribuciones se entrelazan mediante un diálogo historiográfico que refleja preocupaciones comunes, junto con estimular la confrontación analítica.

Es así como una primera convergencia significativa se encuentra en el esfuerzo compartido por desplazar el foco desde los centros de decisión hacia los espacios de recepción, interpretación y reconfiguración regional. Si bien todos los textos reconocen el carácter central del poder estadounidense en el diseño y ejecución de la operación militar, su interés radica menos en la mecánica de la intervención y más en las formas en que esta fue leída, disputada o asimilada desde América Latina. Esta orientación común hacia el análisis de las reacciones locales, las formas de mediación simbólica y la agencia regional constituye un aporte metodológico de alto valor, que contribuye a descentralizar los estudios sobre la Guerra Fría y a incorporar los matices de la experiencia latinoamericana.

Una segunda zona de convergencia puede observarse en el tratamiento del antiimperialismo como discurso y práctica. Tanto el artículo de Cortés como el de Serrano abordan esta temática desde perspectivas distintas, pero complementarias: el primero desde la confrontación de discursos partidarios e ideológicos, y el segundo desde la representación visual y la construcción humorística del poder. Ambos coinciden en subrayar que el antiimperialismo no debe ser entendido como una postura homogénea o monolítica, sino como un campo de sentidos en disputa, susceptible de ser apropiado, instrumentalizado o reinterpretado por distintos actores, dependiendo de sus posicionamientos políticos y culturales. En esta misma línea, McPherson advierte sobre el riesgo de leer la oposición al intervencionismo estadounidense como una categoría moral unívoca, proponiendo explorar los mecanismos mediante los cuales se negocian lealtades, se construyen ambivalencias y se movilizan discursos de resistencia que no siempre responden a una lógica coherente o transparente.

Junto con las convergencias, el dossier también ofrece divergencias interpretativas productivas que permiten enriquecer el campo de estudio. Una de ellas radica en la elección y jerarquización de las fuentes. Mientras Cortés privilegia el documento político, el debate parlamentario y la prensa escrita tradicional, Serrano opta por fuentes iconográficas y satíricas, menos frecuentadas por la historiografía. Esta diferencia no es solamente metodológica, sino también epistemológica: apunta a la necesidad de ampliar el canon documental de la historia diplomática, incorporando voces y registros que permitan capturar dimensiones afectivas, emocionales y simbólicas de los procesos internacionales. El diálogo con McPherson refuerza esta línea, al señalar que el estudio de las percepciones, los imaginarios y las narrativas construidas en torno a los hechos puede ser tan revelador como el análisis de los documentos oficiales.

Otra tensión se manifiesta en los niveles de análisis. Mientras los artículos abordan casos nacionales -como el de Chile- y sus reacciones internas, la entrevista con McPherson propone una mirada panorámica que conecta la intervención de 1965 con otros hitos de la política exterior estadounidense en América Latina. Esta asimetría, lejos de ser una debilidad, constituye una invitación a articular escalas de observación, explorando cómo los procesos locales y nacionales se insertan en lógicas hemisféricas y cómo las decisiones tomadas en centros de poder como Washington impactan de manera diferenciada en las periferias.

Finalmente, debe destacarse que las tres contribuciones, pese a sus diferencias, coinciden en asumir un compromiso historiográfico con la crítica al paradigma de la excepcionalidad estadounidense. En distintos registros, proponen lecturas descentradas que cuestionan las versiones oficiales, iluminan zonas opacas del relato tradicional y reivindican la capacidad analítica de América Latina para posicionarse dentro de la historia internacional. En suma, es una invitación a complejizar las historias del intervencionismo estadounidense desde la región, que incluya las miradas estatales y públicas, atenta a las disonancias y comprometida con la resignificación de conceptos como imperialismo, soberanía y memoria.

Aportes historiográficos y proyecciones analíticas del dossier

El dossier que se presenta ofrece una contribución a los estudios sobre la Guerra Fría en América Latina, al situar la crisis dominicana de 1965 y la intervención estadounidense como objeto de análisis desde una perspectiva transdisciplinar, interamericana, plural y crítica. Frente a una historiografía que ha privilegiado otros hitos -como Guatemala en 1954, Cuba en 1959 o Chile en 1973- como momentos emblemáticos del intervencionismo estadounidense, este conjunto de trabajos propone restituir la centralidad analítica de un episodio que, a pesar de su envergadura y consecuencias, ha sido tratado superficialmente por la Historia y las Relaciones Internacionales.

Uno de los principales aportes del dossier consiste en su intención de interrogar el lugar de América Latina durante la Guerra Fría, tensionando las narrativas tradicionales desde las experiencias, percepciones y memorias. Las tres contribuciones presentadas reivindican una epistemología situada, capaz de construir conocimiento desde las propias dinámicas regionales, sin por ello prescindir de los aportes teóricos provenientes del ámbito internacional. Esta doble articulación, entre una mirada nacional-regional y una vocación de diálogo global, constituye una apuesta metodológica coherente con los desarrollos más recientes de la NHD.

En este sentido, el dossier recoge y amplifica una serie de transformaciones que han redefinido el campo de los estudios sobre política exterior e historia internacional en las últimas dos décadas. Entre ellas se encuentran: (i) la incorporación de actores no estatales al análisis de las relaciones internacionales; (ii) el reconocimiento de la dimensión simbólica, emocional y cultural de los procesos diplomáticos; (iii) la valorización de fuentes no tradicionales (como las caricaturas, los relatos de prensa, los discursos parlamentarios o las memorias orales); y (iv) la preocupación por articular las escalas locales, nacionales y transnacionales en la reconstrucción de los acontecimientos históricos. Todas estas dimensiones están presentes, de manera explícita o implícita, en los textos que componen este número temático.

Asimismo, el dossier contribuye a complejizar la noción de imperialismo en el siglo XX latinoamericano. Lejos de asumir una lógica binaria entre dominadores y dominados, los autores analizan la intervención de 1965 como una constelación de relaciones desiguales, donde las asimetrías de poder coexisten con márgenes de agencia, negociaciones simbólicas y reacciones diversas de los actores locales. Esta lectura matizada no niega el carácter violento y unilateral de la acción norteamericana, pero permite comprender cómo esta fue incorporada, resignificada o disputada en distintas escenas nacionales y regionales. Al hacerlo, se evita tanto la victimización pasiva como la idealización romántica de las resistencias, apostando por una comprensión más fina de los procesos interamericanos.

Otra contribución relevante del dossier es su capacidad para tender puentes entre los estudios desde la Historia, las Relaciones Internacionales y la memoria. Aunque las tres contribuciones se inscriben en una lógica analítica rigurosa, todas ellas dan cuenta de la persistencia del episodio de 1965 en la cultura política, los relatos identitarios y las narrativas intelectuales del continente. La entrevista a Alan McPherson, en particular, invita a reflexionar sobre los mecanismos de invisibilización y jerarquización historiográfica que han relegado este hecho a un lugar marginal. La recuperación de esta memoria, desde una clave crítica y documentada, constituye un gesto político e historiográfico que interpela no solo al pasado, sino también al presente de las relaciones hemisféricas.

Finalmente, este dossier abre nuevas líneas de investigación para el futuro. En primer lugar, invita a explorar otras políticas exteriores a la intervención, complementando el campo empírico hacia casos como México, Venezuela, Argentina, Perú o Uruguay. En segundo lugar, sugiere la necesidad de reconstruir las redes intelectuales, diplomáticas y sociales que articularon posiciones frente al hecho, tanto en el ámbito interamericano como en los espacios multilaterales. En tercer lugar, plantea la conveniencia de avanzar hacia una historia interamericana de la intervención estadounidense, capaz de dialogar con los aportes existentes, para posteriormente identificar patrones, diferencias y continuidades entre otros casos similares. Finalmente, abre la posibilidad de profundizar en los vínculos entre diplomacia, cultura visual y emocionalidades políticas, como caminos fructíferos para renovar la agenda historiográfica de las relaciones internacionales.

En suma, el presente dossier constituye un esfuerzo articulado por enriquecer los estudios sobre la Guerra Fría en América Latina desde una perspectiva crítica, situada e interamericana. Al devolver centralidad a un episodio relegado y al proponer claves de lectura innovadoras, estas páginas ofrecen una plataforma fértil para futuras investigaciones, a la vez que reafirman el compromiso de la historiografía latinoamericana con la comprensión profunda y rigurosa de sus vínculos con el poder global.

 

 

Referencias bibliográficas

Cullather, Nick. Secret History. The CIA´s classified account of its Operations in Guatemala (1952 - 1954). California: Standford University Press, 1999.

Gustafson, Kristian. Hostile Intent: U.S. Covert Operations in Chile, 1964-1974. Dulles: Potomac Books, 2007.

Harvey-Valdés, Hugo. “Pueden ganar una isla, pero perderán un continente”. El Gobierno de Eduardo Frei Montalva ante la intervención de Estados Unidos en República Dominicana en 1965. Santiago de Chile: Ariadna, 2025.

Harvey-Valdés, Hugo. “Revisitando el punto de inflexión interamericano en la Guerra Fría: la crisis dominicana de 1965, la intervención de Estados Unidos y la Fuerza Interamericana de la Paz,” Humanidades: revista de la Universidad de Montevideo, n° 7 (2020): 25–63. https://doi.org/10.25185/7.2

Hurtado-Torres, Sebastián. “Chile y Estados Unidos, 1964-1973. Una nueva mirada”, Nuevo Mundo Mundos Nuevos, Débats, (10 octubre de 2016). https://doi.org/10.4000/nuevomundo.69698  

Hurtado-Torres, Sebastián. The Gathering Storm: Eduardo Frei's Revolution in Liberty and Chile's Cold War. Ithaca: Cornell University Press, 2020.

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[1] Hugo Harvey-Valdés, “Revisitando el punto de inflexión interamericano en la Guerra Fría: la crisis dominicana de 1965, la intervención de Estados Unidos y la Fuerza Interamericana de la Paz,” Humanidades: revista de la Universidad de Montevideo, n° 7 (2020): 25–63, https://doi.org/10.25185/7.2

[2] Nick Cullather, Secret History. The CIA´s classified account of its Operations in Guatemala (1952 - 1954) (California: Standford University Press, 1999); U.S. Senate Select Committee, Covert Action in Chile 1963-73. Study governmental operations with respect to intelligence activities (Washington: U.S. Government Printing Office, 1975); Kristian Gustafson, Hostile Intent: U.S. Covert Operations in Chile, 1964-1974 (Dulles: Potomac Books, 2007); Sebastián Hurtado-Torres, “Chile y Estados Unidos, 1964-1973. Una nueva mirada”, Nuevo Mundo Mundos Nuevos, Débats, (10 octubre de 2016), https://doi.org/10.4000/nuevomundo.69698 ; Sebastián Hurtado-Torres, The Gathering Storm: Eduardo Frei's Revolution in Liberty and Chile's Cold War (Ithaca: Cornell University Press, 2020).

[3] Alan McPherson, “The Dominican Intervention, 50 Years On,” Passport 46, n° 1 (2015): 31–34.

[4] Hugo Harvey-Valdés, “Pueden ganar una isla, pero perderán un continente”. El Gobierno de Eduardo Frei Montalva ante la intervención de Estados Unidos en República Dominicana en 1965 (Santiago de Chile: Ariadna, 2025).