Silvia María F. Arend,
Esmeralda Blanco B. de Moura,
Susana Sosenski
Infâncias e juventudes
no século XX: histórias
latino-americanas
Ponta Grossa: Todapalavra, 2018, 367 pp.
Recibido: 20/03/2018
Aceptado: 23/03/2018
La La obra presenta trece capítulos divididos en cinco partes
–familia, consumo, dictaduras, minoridad y trabajo– y ofrece un estudio de las
principales problemáticas por las que han transitado las infancias y juventudes
del continente durante el siglo XX. Es un
libro colectivo en el que participan autores de Brasil, Chile, México y
Argentina.
Las organizadoras poseen una vasta trayectoria en
cuanto a los estudios referidos a las infancias y juventudes en Latinoamérica y
tienen en común su pertenencia a la Red de Estudios de Historia de las
Infancias en América Latina –REHIAL–.
La primera parte de la obra está destinada a la
familia. El primer capítulo escrito por Esmeralda Blanco de Moura
se titula “Castigar com ‘moderaçao
e amor’: a criança e o castigo na interlocuçao
entre o direito, a educaçao
e os principios do catolicismo (Brasil: séculos XIX e
XX)”. A través de un estudio de la legislación civil y penal en Brasil, desde
su origen en tiempos de la Colonia hasta el período de la República, la autora
define el lugar que ha ocupado la familia en la educación de los hijos. Señala
que las funciones principales de los padres deben ser inculcarles
el amor al orden y aplacar sus pasiones innatas. Para ello, el discurso
oficial, manifestado a través del Derecho Civil y Penal y la Escuela, ha
marcado pautas de comportamiento por las que debe guiarse la conducta de los
niños y jóvenes, dejando a los padres la tarea de vigilar y castigar.
El texto de Blanco de Moura
dialoga con el segundo artículo titulado “A tutela de crianças
na Belle Époque: justicia e relaciões de gênero (Porto Alegre/Brasil, início
do século XX)”, en el sentido de cómo algunas
prácticas, no esperables para la sociedad brasilera de inicios del siglo XX,
pueden ser motivo de disrupción familiar. José Carlos da Silva Cardozo se
concentra en la experiencia de dos mujeres jóvenes –Zahira
y Noêmia– y a través de sus procesos judiciales de
tutela describe su derrotero común. En estos casos estudiados, una lectura de
género y de clase permite observar cómo actúan los condicionantes de la época.
Los testimonios en los Juzgados de Huérfanos, ámbitos en los que se dirimía la
mantención de la tutela por parte de la familia, son interesantes debido a que
sentenciaban lo moralmente aceptable y definían la familia ideal.
Ismael Gonçalves Alves en
su capítulo “Assistência à infancia e à maternidade na primeira
República: as experiências médico-filantrópicas de proteção materno-infantil na cidade
do Rio de Janeiro”, analiza la acción del Instituto de Protección y Asistencia
a la Infancia –IPAI– creado en 1899 en cuanto a su acción sobre las madres y
niños y explica cómo esta institución constituyó una muestra de la
modernización del país. A través de la profesionalización de la medicina, el
Estado desliza en la figura de los médicos el poder del control sobre estos
sujetos. En este sentido, el IPAI parte de una calificación previa sobre las
mujeres-madres que conduce a entenderlas como las más débiles a las que hay que
proteger. De esta forma, la presencia de los institutos de asistencia social
está plenamente justificada por parte de las autoridades.
El último capítulo de la primera parte expone la
experiencia de “Três meninas brasileiras pobres”. Así
titulado por la autora Silvia María Arend, el texto
se enfoca en comparar la experiencia de estas jóvenes a lo largo del siglo XX,
cuyo destino común ha sido su estadía en distintas instituciones sociales de
beneficencia. El paradero de la mayoría de las jóvenes abandonadas fue el hogar
de las clases altas en donde se desempeñaban como cuidadoras de niños y/o
domésticas. El capítulo tiene el valor de rescatar la experiencia de las
jóvenes en tanto que utiliza cartas escritas por ellas mismas como fuente
primaria. Su condición de mujeres, jóvenes y pobres explicó en gran medida su
situación de explotación por las familias guardadoras.
La segunda parte analiza a los niños y jóvenes en
cuanto a su transformación en objetos de consumo. En el primer capítulo, “Una
infancia moderna: consumo cultural, niñez y nuevos modelos familiares en Clarice Lispector”, Alejandra Josiowicz explica cómo el niño se transforma en objeto de consumo
tomando como punto de partida los textos de Lispector
entre 1952 y 1978. La relación madre-hijo, señala, es considerada a partir de
la fecha indicada, en términos de libertad, autonomía e individualidad; y al
niño mientras tanto, se lo empieza a entender con necesidades propias. Estas
características visualizadas en el niño influyen en las formas de consumo y,
por lo tanto, la madre se ve en la obligación de satisfacer sus deseos. Los
textos de Lispector se dirigen al niño y lo ubican en
la posición de decidir sobre cuestiones morales.
Susana Sosenski en el
capítulo titulado “El día del niño en México: del festejo del trabajo a la
fiesta del consumo (1920-1940)”, rastrea el origen del Día del Niño en México e
indaga cómo en dicha coyuntura se inauguran pautas de consumo novedosas. El
capítulo analiza, en su esencia, las publicidades en la prensa escrita mexicana
emergidas en el contexto de ese día, y concluye que a partir de la década de
1940 las publicidades son dirigidas directamente a los niños. Sosenki dialoga con el artículo anterior porque, a través
del análisis de fuentes distintas, ambas autoras evidencian la relación entre
el niño y la generación de pautas de consumo.
El capítulo siguiente se enmarca en el mismo
contexto de expansión del consumo y la aparición de técnicas publicitarias
dirigidas hacia los jóvenes. Desde fuentes novedosas, como los anuncios de
motocicletas aparecidos en prensa escrita especializada en el rubro, el autor
escudriña las posibilidades que ofrecen los jóvenes en cuanto a potenciales
compradores de este bien de consumo. El texto “À procura da motocicleta
perdida: juventude no trânsito
brasileiro e consumo (1974-2000)”, escrito por Cristiano José Pereira es muy
interesante debido a que pone de manifiesto el ideal de joven que se genera a
través de la publicidad. En este caso, el joven es el destino del mensaje y las
publicidades contenidas en la revista lo asocian con valores tales como la libertad,
felicidad y autonomía.
Las infancias y juventudes en el marco de los
procesos dictatoriales son abordadas en dos capítulos. En el primero, “Cultura
material, memoria y microhistoria de la infancia”, la autora Patricia Castillo
se acerca a la cotidianeidad de las experiencias a través de la cultura
material generada por niños y jóvenes chilenos. Un “diario de vida”, por
ejemplo, sirve para describir según los ojos de una niña, los sucesos ocurridos
el 11 de setiembre de 1973 en Santiago de Chile. La fuente nombra episodios
bien conocidos en la historia de ese país, como por ejemplo el bombardeo del
Palacio de la Moneda, la muerte de Allende, etc. En este sentido, el valor del
capítulo reside en entender la cultura material como portadora de símbolos políticos
y sociales que, en general, han sido entendidos desde una óptica nacional e
internacional.
El objeto del segundo capítulo denominado “ ‘Pibes’ en el centro de la escena: infancia,
sensibilidades y lucha política en la Argentina de los setenta” consiste en
interpretar el lenguaje visual expresado en las portadas del diario Noticias
–diario oficial de la organización Montoneros– en Argentina, en la
coyuntura de los años 1973-1974. Isabella Cosse afirma que el mensaje que transmiten los niños
fotografiados en las portadas tuvo un claro cariz político, y demandaban el
retorno de las políticas sociales dirigidas hacia la infancia que ensayó el
primer peronismo. El niño es productor pero también
portador de sentidos claros y efectivos. La composición de los fotógrafos del
diario ayudaba a conformar el mensaje: destacaba los rostros de los pobres
“pibes” que muchas veces aparecían sin ropa, descalzos, etc. De esa manera
afloraba la sensibilidad de la recepción.
La cuarta parte trata sobre la actuación de los
“menores”, identificados como aquellos niños y jóvenes que se encontraban en
conflicto con la ley. El primer capítulo es de Ailton
José Morelli y se titula “Semanas de estudos do
problema de menores: debates acerca do atendimiento à infancia e à juventude (São Paulo, 1930-1950)”. En las Semanas se
debatieron posibles soluciones al problema de la delincuencia de niños y
jóvenes. La atención a la causa y no a la consecuencia del hecho delictivo, la
reeducación en circuitos familiares y no mediante la internación en
reformatorios, y la intervención desde al ámbito social y asistencial, y no
solamente del judicial fueron los aspectos centrales que allí se debatieron. El
capítulo considera estos espacios de discusión debido a que ayudan a dilucidar
la utilización –no inocente– del término “menor”, y señala que constituye otra
de las tantas etiquetas que se ha impuesto para denominar a aquellos niños y
jóvenes ya sean delincuentes, abandonados o pobres.
Si el artículo anterior avanza fundamentalmente en
el diagnóstico, el siguiente de Humberto Miranda profundiza respecto a
soluciones concretas. En el artículo titulado “Em
busca da família ideal: a Funabem,
o abandono de crianças e a política de ‘manutenção do menor no lar’”, se rescata la importancia que
tuvo la Funaben –Fundação
Nacional do Bem-Estar do Menor–, creada en Brasil en
1964, con el objetivo de asistir a aquellos niños y jóvenes cuyas familias se
presentaron incapaces de proporcionarles las condiciones apropiadas. La Funaben, entonces, representa cómo la cuestión del menor se
convirtió en una cuestión de Estado.
En último lugar, la obra se centra en los niños y
jóvenes trabajadores. El tema es abordado desde dos puntos de vista. En primer
lugar, Eduardo Silveira Netto Nunes
en su capítulo “O trabalho infantil em debate na América Latina: primeira
metade do século XX”
realiza un repaso de las principales resoluciones tomadas en los Congresos
Panamericanos del Niño que sucedieron entre 1916 y 1948. El tema del trabajo no
apareció como uno de los más recurrentes y muchas de las resoluciones al
respecto no siempre se tradujeron en políticas concretas en los países, porque
el trabajo infantil era efectivamente necesario y no produjo conmoción en las
clases urbanas. En definitiva, la salud física y moral, las franjas etarias
para cumplir determinadas tareas, la limitación del horario, la higiene y la
escolarización fueron los temas más importantes que se debatieron a nivel
latinoamericano en la primera mitad del siglo XX.
En segundo lugar, el capítulo siguiente es una
suerte de interpelación al anterior porque demuestra cómo en Florianópolis en
la década de 1990, la venta de diarios por los niños y jóvenes era una realidad
cotidiana. El capítulo final “Impactos e dilemas do ECA junto à justiça do trabalho: a erradicação do trabalho
infantojuvenil na venda ambulante de jornais…” se
detiene en la experiencia de estos sujetos que, en el marco de las políticas
neoliberales de la década de 1990, encontraron una salida a su situación de
pobreza. Antero Maximiliano Dias dos Reis plantea el
dilema en cuanto a que esta situación contradice al Estatuto da Criança e do Adolescente –ECA– de 1990. Es interesante
señalar, por último, que el autor analiza los juicios llevados a cabo entre las
empresas vendedoras de diarios y los trabajadores, reconstruyendo a través de
los testimonios, las condiciones de trabajo de estos sujetos.
En suma, los autores bucean en la subjetividad de
cada niño y de cada joven, y también elevan la lupa y describen realidades
políticas, económicas y sociales a nivel internacional que ayudan a encuadrar
las investigaciones. Es un libro que impulsa a descorrer algunas de los rótulos
que niños y jóvenes latinoamericanos portaron sin consciencia de ello. El texto
invita a repensar la historia de estos sujetos, que es también presente.
Facundo Álvarez Constantín
Universidad de la República
Universidad de Montevideo
ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-1258-2960