doi: https://doi.org/10.25185/5.8

 

 

Renata Gambino y
Grazia Pulvirenti,

Storie Menti Mondi. Approccio neuroermeneutico alla letteratura.

Milán: Mimesis, 2018, 142 pp.

 

Recibido: 30/01/2019

Aceptado: 14/02/2019

 

Desde 2014, Catania se ha ido convirtiendo en una de las sedes del pensamiento interdisciplinar más innovadoras dentro de los estudios literarios. En ese año aconteció por primera vez el Diálogo de Neurohumanidades, evento que visibilizó la labor que durante largo tiempo venía consolidando el núcleo de estudiosos de esta universidad. El evento logró reunir algunos de los grandes nombres que están hoy escribiendo la historia de las relaciones entre el cerebro y la literatura, y que son insignes representantes de varias de las aristas que articulan el recurrido edificio de los estudios cognitivos: Mark Turner, Semir Zeki, Gerard Steen Arthur M. Jacobs y otros líderes en sus ámbitos de investigación acudían a la cita siciliana que se sigue alojando en la Università degli Studi di Catania cada primavera desde entonces. En esta institución desarrollan su labor Renata Gambino y Grazia Pulvirenti, las audaces autoras de Storie menti mondi, la obra que aquí nos ocupa, y que no es sino el fruto de estos largos años de reflexión cruzada con científicos y académicos llegados de la neurología, la física, la lingüística cognitiva, los estudios empíricos de la literatura o la estética. Gracias a su condición de germanistas y a su experiencia como anfitrionas del privilegiado espacio de encuentro que supone el Diálogo de Neurohumanidades, las dos profesoras han sabido conjugar la gran tradición hermenéutica de raigambre alemana y romántica con los últimos descubrimientos en los estudios empíricos y las ciencias naturales, componentes difícilmente conjugables en una probeta sin que implosionen. Sin embargo, en esta ocasión la mezcla ha dado como resultado, nos congratulamos por ello, este raro cristal que supone la neurohermenéutica, disciplina que pretende presentar el libro, subtitulado Approccio neuroermeneutico alla letteratura.

Somos muchos los que nos hemos dejado tentar por las promesas de exactitud y positivismo que han augurado las ciencias naturales y formales desde hace un buen par de siglos, pero pocos han salido victoriosos de este exigente campo de batalla. El intento de los formalistas rusos de aislar la quintaesencia de la literariedad fue un esfuerzo meritorio y marcó un hito, pero no ha dejado de ser contestado a lo largo del siglo XX por quienes quieren definir lo literario en función al contexto cultural y social que lo alumbra y lo recibe históricamente. Storie menti mondi trae muchas más cosas que a continuación especificaré, pero entre ellas, la más avezada puede que sea la recuperación de este intento formalista de semejarse a las ciencias ‘prestigiosas’, bautizado como literariedad, y que las autoras rescatan para rearmarlo con argumentos extraídos de los estudios cognitivos y empíricos producidos desde los años 70 hasta la actualidad. Pero exploremos la fórmula desde el principio con el ánimo de que el lector vislumbre con más claridad los logros de este libro y logre imaginar el valor académico que reviste.

La premisa fundamental sobre la que las profesoras Gambino y Pulvirenti estructuran su Neurohermenéutica parte de un distanciamiento de los métodos críticos tradicionales (entre los que se incluirían también buena parte de los derivados de las escuelas del siglo XX) que han optado por parcelar el texto en sus componentes. Las autoras prefieren cultivar un conocimiento que se construya sobre la idea del texto como un “complejo sistema dinámico, construido jerárquicamente y que responde al sistema de funcionamiento de la mente humana” (pág. 12). El texto deviene entonces espejo de los procesos mentales y cognitivos del autor y del lector, y en este sentido las profesoras entroncan con la hermenéutica romántica alemana. Remozan el concepto de circularidad proveniente de esta disciplina, que ya apuntaba a los procesos mentales que el lector activa en su esfuerzo de conectar cada una de las partes de la obra interpretada con el todo al que pertenecen. La actualización de esta noción de circularidad interpretativa viene dada por el prefijo del término neurohermenéutica: en el proceso que atraviesa el lector se activan determinados campos especializados en su cerebro que asocian entre sí aspectos puramente cognitivos y perceptivos con los campos relacionados con el movimiento, la emoción, la memoria o la estética. En este último ámbito, Storie Menti Mondi analiza e incorpora las aportaciones del neurólogo Semir Zeki y de la disciplina que hace veinte años inauguró, la neuroestética, construida sobre las evidencias empíricas que han demostrado, según interpreta Zeki, la existencia de un área específica en el cerebro (“el área neuronal de la belleza”) que se activa siempre que un objeto bello es percibido, independientemente de la naturaleza sensorial (auditiva o visual) del mismo. La conexión, realizada a nivel neurológico, de belleza, sentidos y emoción, retroalimenta las teorías de la ‘cognición encarnada’ (embodied cognition), que desde los años 70 han cimentado los estudios cognitivos. Otro de los méritos de Storie Menti Mondi es precisamente el de enlazar el estado contemporáneo de la cuestión cognitiva que, como hemos dicho, gira en torno al concepto de encarnación y corporalidad, con los trabajos anticipatorios de románticos alemanes, como Herder, Schleiermacher, y también de otros autores no alemanes, como Edmund Burke. Todos ellos, en lid con el dualismo cartesiano, anticiparon la importancia de la corporalidad y de las percepciones sensoriales en el lenguaje y en el establecimiento de los procesos de pensamiento.

Sobre las aportaciones de la neurociencia, de los estudios cognitivos y de estos antecedentes románticos, las autoras plantean, en definitiva, cómo la interpretación del texto activa un abultado número de procesos de naturaleza distinta pero convergente, y en muchos casos homologable en los distintos lectores, si bien cada acto de lectura es tan individual como la historia de esa persona y las conexiones propias que activa en su cerebro. La llamada de las emociones a la memoria, por ejemplo, es única en cada uno de nosotros, lo cual permite explicar cómo los textos evocan experiencias que pueden ser comunes a un gran número de lectores, pero también otras propias e individualizadas. Las autoras entienden que la literatura ficcional permite crear campos de experimentación de los comportamientos humanos, y por ello supone un ámbito de exploración excepcional y privilegiado para los estudiosos de la mente. Así entendemos el título de la obra, que con esa yuxtaposición en suspenso, sin puntuación, parece insinuar las interminables conexiones que pueden darse entre las historias de ficción, las mentes que las activan y los mundos que esas mismas mentes han experimentado, y que al mismo tiempo son recreados en cada una de las lecturas que vivifican un texto escrito.

Otra de las aportaciones más importantes de Storie Menti Mondi es la defensa que realiza la obra del siempre en crisis concepto de literariedad. Para las autoras, el texto literario, a diferencia del que es producto del lenguaje estándar, posee un potencial cognitivo radicado en la eficacia estética que facilita un enriquecimiento procedimental en la mente del lector muy diferente al que pueden ofrecer los textos no literarios. Es así como defienden la hermenéutica de una de las críticas más comunes que se le han realizado desde los estudios literarios: los teóricos románticos alemanes no atendieron suficientemente a las diferencias en los procesos hermenéuticos activados por los textos literarios y los no literarios. ¿Qué podía aportar entonces la disciplina al estudio específico de la literatura? En su planteamiento neurohermenéutico, las autoras se apoyan en ciertas corrientes de los estudios cognitivos y de las aproximaciones empíricas a la literatura, como las realizadas por D.S. Miall, D. Kuiken y Arthur M. Jacobs, para revisitar la literariedad y fundamentarla sobre argumentos extraídos tras observar y analizar las evidencias obtenidas en experimentos empíricos basados en las teorías de la recepción. Como resultado, asumen como característica principal de los textos literarios su capacidad de iniciar un proceso de autorreflexión que exige una activación cognitiva mayor que la requerida en los textos de uso o no literarios. La literariedad ejecuta modificaciones en las esferas conceptual y emotiva gracias a la concurrencia de un conjunto de propiedades textuales que la constituirían, y que se manifiestan a través de figuras lingüísticas, estilísticas y narrativas que desautomatizan la percepción durante la lectura y provocan un efecto de desfamiliarización que, recuperando a Shklovski, vuelve a presentarse como la característica definitoria del arte literario. La recuperación de los formalistas rusos no se trata, sin embargo, de un simple retroceso de cien años para reubicarnos en el auge de esta escuela, ya que las autoras de esta obra han recuperado el término de la desfamiliarización o de foregrounding valiéndose de las últimas investigaciones neurológicas para apuntalar con ellas los cimientos de su neurohermenéutica. De particular valía en este punto es el modelo desarrollado por Arthur M. Jacobs, denominado Neurocognitive Poetics Model of Literary Reading (NCPM), que propone dos rutas de procesamiento de la información contenida en un texto literario cognitivamente enriquecido: una ruta rápida para aquella información del background que permite la inmersión en el mundo ficcional desplegado durante la lectura y una ruta lenta que desfamiliariza y provee de placer estético al lector que va decodificando el texto, esta vez de una manera más pausada, pues así lo exige la presencia de una elaboración formal más desarrollada. Una disciplina que, gracias a la esforzada labor que las profesoras Pulvirenti y Gambino han realizado en la composición de este Storie Menti Mondi, tiene ya su primer manual y augura un largo, fructífero y, lo que es más importante, sincrético recorrido en los estudios teóricos sobre la literatura.

En la cita marco que abre el capítulo 4 de esta obra, se recogen las palabras de Novalis que, ya en el siglo XIX, afirmaba que “pensar y poetizar son la misma cosa”. El trabajo de estas profesoras italianas, a hombros de tantos y distintos científicos, contribuirá a la exploración de las bases neurológicas de lo literario, igual que lo literario supone un medio de expresión privilegiado para aquellos que deseen estudiar la fundamentación misma de la cognición humana que, desde que lo propusiera Mark Turner, es literaria.

 

Benito García-Valero

Universidad de Alicante

benito.garcia@ua.es  

ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-4141-511X