doi: https://doi.org/10.25185/8.10
Artículos
Método mnemotécnico de evangelización bilingüe en la Doctrina
christiana en la lengua guasteca con la lengua castellana de 1571
Mnemonic method of
bilingual evangelization in the Doctrina christiana en la lengua guasteca con
la lengua castellana of 1571
Método mnemônico de
evangelização bilíngue no Doctrina christiana en la lengua guasteca con la
lengua castellana de 1571
Elvia Estefanía López1
ORCID id: https://orcid.org/0000-0002-5534-8640
1Universidad Autónoma de San Luis Potosí
elvialopezvera@gmail.com
Resumen: El
presente artículo propone el estudio de un método mnemotécnico de
evangelización bilingüe registrado en la Doctrina christiana en la lengua
guasteca con la lengua castellana de la orden de los agustinos publicada en
1571, con la finalidad de profundizar en el bilingüismo como estrategia de los
religiosos para agilizar el proceso de evangelización en Nueva España. La
metodología parte del análisis material, la semiótica de la imagen y la
biblioiconografía para analizar quince grabados xilográficos presentes en dicha
doctrina, que fueron diseñados según un modelo didáctico medieval, con la
innovación de que en el caso que aquí se estudia se trata del registro de dos
lenguas que coexistieron durante el siglo XVI: el español y el huasteco. El
planteamiento principal de este artículo consiste en la imagen como fundamento
de la didáctica de la enseñanza de la doctrina cristiana, con un método
mnemotécnico bilingüe que permitió a los nativos americanos memorizar los
principios de la fe católica en su propia lengua.
Palabras clave:
bilingüismo, evangelización, Nueva España, agustinos.
Abstract: This
article proposes the study of the mnemonic method of bilingual evangelization
registered in the Doctrina christiana en la lengua guasteca con la lengua
castellana of the order of the Augustinians published in 1571, with the aim
of deepening bilingualism as a strategy for religious to streamline the
evangelization process in New Spain. The methodology starts from the material
analysis, the semiotics of the image and the bibliography to analyze fifteen
xylographic engravings present in said doctrine, which were designed according
to a medieval didactic model, with the innovation that in the case studied here
it is the registration of two languages that coexisted during the 16th
century: Spanish and Huastec. The main focus of this article is the image as
the foundation of the didactics of teaching Christian doctrine, with a
bilingual mnemonic method that allowed Native Americans to memorize the
principles of the Catholic faith in their own language.
Keywords: bilingualism,
evangelization, New Spain, augustinians.
Resumo: Este
artigo propõe o estudo de um método mnemônico
de evangelização bilíngue registrado na Doctrina christiana en la lengua
guasteca con la lengua castellana da ordem dos agostinianos publicada em
1571, com o objetivo de aprofundar o bilinguismo como estratégia para os
religiosos. agilizar o processo de evangelização na Nova Espanha. A metodologia
parte da análise do material, da semiótica da imagem e da bibliografia para
analisar 15 gravuras xilográficas presentes na referida doutrina, elaboradas
segundo um modelo didático medieval, com a inovação que, no caso estudado, é o
registro de duas línguas que coexistiram durante o século XVI: espanhol e
Huastec. O foco principal deste artigo é a imagem como fundamento da didática
do ensino da doutrina cristã, com um método mnemônico bilíngue que permitiu que os
nativos americanos memorizassem os princípios da fé católica em seu próprio
idioma
Palavras-chave: bilinguismo,
evangelização, Nova Espanha, agostinianos.
Recibido: 24/03/2020 - Aceptado: 14/08/2020
Introducción
En la actualidad es necesario repensar ciertas
generalidades que hemos dado por hecho para el periodo novohispano, a la luz de
novedosas metodologías que ofrecen la posibilidad de mirar desde otra
perspectiva nuestro patrimonio cultural. Este artículo propone otra mirada
desde el estudio de la cultura escrita en Nueva España, para señalar que
durante el siglo XVI novohispano la evangelización de los indígenas fue
emprendida con doctrinas bilingües que agilizaron el proceso de conversión.
Un denominador común entre las órdenes
religiosas fue el interés por el dominio de las lenguas indígenas y por la
traducción de textos doctrinales; debido a que la competencia comunicativa en
lengua indígena significaba para los religiosos una oportunidad para fortalecer
su orden mediante la conversión de los indios y la formación de un número mayor
de evangelizadores bilingües. Para estos fines, implementaron diversos métodos
de enseñanza de la doctrina cristiana en modo bilingüe; algunos de ellos fueron
de tipo mnemotécnico, como el que se estudia en este artículo, que permitieron
a los indios memorizar los principios de la doctrina cristiana en su propia
lengua.
En específico, presento el estudio[1] de 15 grabados xilográficos
localizados en la Doctrina christiana en la lengua guasteca con la lengua
castellana[2]. La particularidad de este
método mnemotécnico de evangelización consiste en su manejo bilingüe en Nueva España;
pues ha sido registrado su antecedente en la Europa medieval como método de
enseñanza de la escala de notas musicales.[3]
La metodología que propongo en este artículo
se basa en tres puntos: el análisis material me permitirá identificar el
detalle biblioiconográfico de los quince grabados xilográficos en una
perspectiva que estudia el grabado como composición iconográfica particular,
dentro de una composición bibliográfica que es el libro en el que fue impreso.
Asimismo, la semiótica de la imagen me será útil para conectar imagen, palabra
y símbolo; no solamente dentro del libro impreso, sino también en un contexto
sociocultural de evangelización bilingüe durante la segunda mitad del siglo XVI
en Nueva España. Finalmente, retomaré los fundamentos de la mnemotécnica para
sustentar la función didáctica del método de
evangelización que aquí se analiza.
El planteamiento principal de este artículo
parte de considerar a la imagen como fundamento de la didáctica de la enseñanza
de la doctrina cristiana, con un método mnemotécnico bilingüe que permitió a
los nativos americanos memorizar los principios de la fe católica en su propia
lengua. Considero que el bilingüismo identificado en los textos doctrinales
tuvo dos funciones principales: por un lado, darle rapidez y eficacia a la
evangelización de los indios; quienes podían memorizar el credo, los
mandamientos, los sacramentos, etc., en un sistema lingüístico con el que
estaban familiarizados; por otro lado, facilitó la labor evangelizadora de los
españoles que eran monolingües o que no dominaban completamente la lengua de
los indios. Esta última idea puede ser la razón por la cual las doctrinas
bilingües comenzaron a diseñarse e imprimirse a mediados del siglo XVI.
Los quince grabados que retomo en este artículo
de la Doctrina christiana en la lengua guasteca con la lengua castellana (1571)
tienen una singularidad si los comparamos con otros grabados del periodo:
cuentan con inscripciones en español y en huasteco, que se distribuyen dentro
de la imagen. Es decir que, en este caso particular, además de la imagen como
recurso didáctico en la evangelización, se empleó el bilingüismo explícito
dentro de la composición iconográfica de la imagen en un nivel
semiótico-discursivo (dentro de la imagen); lo que facilitó a los indios la
memorización en la lengua nativa (huasteco) y la visualización en ambas lenguas
(español-huasteco). Dicho bilingüismo también tuvo la función social de
agilizar la formación doctrinal de los indios, como he mencionado en el párrafo
anterior, especialmente en los casos en los que el evangelizador o el nativo no
tenían dominio de la segunda lengua.
El
estudio del grabado en los impresos novohispanos
Una de las propuestas más recientes para el
estudio del libro antiguo es el de la Bibliografía material, que se ha nutrido
de un enfoque interdisciplinario con los estudios culturales para «abordar de manera global el conjunto de elementos que
rodean y enriquecen los significados del texto».[4] Es aquí donde surge la transición del análisis tipobibliográfico
a la biblioiconografía,[5] para prestarle mayor
atención a las ilustraciones de los impresos y su sentido en relación al texto
que acompañan. Esta nueva mirada permite reforzar el vínculo texto-imagen, que
para los textos doctrinales novohispanos es insoslayable por la intención
didáctica de los mismos.
En el caso de México, se han realizado
estudios desde la historia del arte. Por ejemplo, el libro Los grabados en
la obra de Juan Pablos. Primer impresor de la Nueva España 1539-1560, de
María Isabel Grañén Porrúa, quien dedica su investigación al registro y
análisis de los grabados de la obra impresa por Juan Pablos entre 1539 y 1560.
Considera que: «a pesar de que los cánones iconográficos de los grabados eran,
en su mayoría, fuentes de tradición europea, el ámbito americano y su
colocación en los impresos novohispanos influyó decisivamente en el significado
de las imágenes».[6] No obstante, la
significación de los grabados desde América todavía no ha sido atendida. La
profundización en el análisis iconográfico del material de impresión de la
imprenta de Pablos abre la puerta a nuevas investigaciones que se ocupen del
caso de otros impresores novohispanos.
Ante el campo fértil que representó la
imprenta de Pablos en Nueva España, resultan ineludibles e impostergables las
investigaciones que den continuidad al estudio de otras imprentas posteriores a
la de Pablos. Principalmente porque otros impresores como Antonio Espinosa y
Pedro Ocharte tuvieron vínculos con Pablos. Dichos vínculos pueden ser identificados
por el seguimiento del uso del material de imprenta registrado en las ediciones
que se conservan de cada impresor, pues muchas veces dichos acuerdos no fueron
documentados.
En esta línea, Guadalupe Rodríguez Domínguez
plantea que el análisis material nos permite «revalorizar
el rol que tuvo la imprenta mexicana en la construcción de la cultura
novohispana»[7]. La autora registra sistemáticamente los impresos mexicanos
producidos desde 1539 a 1600 en un repertorio tipobibliográfico del siglo XVI,[8] que permite precisar las
ediciones bibliográficas de los talleres de impresión del periodo 1539-1600
(Juan Pablos, Antonio Espinosa, Pedro Ocharte, Pedro Balli, Antonio Ricardo,
Enrico Martínez y los hermanos Ocharte) a través de la descripción de los
ejemplares conservados; el cual fue elaborado a partir de consulta, cotejo y
depuración de las noticias bibliográficas de 933 impresos de existencia real.[9] Este trabajo de
investigación es un camino allanado para futuros estudios, pues actualiza el
registro de ejemplares para el caso mexicano.
En cuanto a la función didáctica de los textos
doctrinales, pocos estudios han puntualizado los mecanismos que fueron
utilizados por las órdenes religiosas en Nueva España. Entre los más recientes
se encuentra el de Iván Romero Torres, quien aborda los artefactos mnemotécnicos en la
predicación cristiana en Europa y Nueva España. Su planteamiento en torno a la
función de la imagen en la evangelización de los indios es el siguiente:
El uso de la memoria «artificial» y la imagen
como mecanismos eficaces dentro de la labor de la Iglesia católica para
predicar e instruir a los cristianos en Europa y se plantea que esta
experiencia histórica sirvió como plataforma referencial en la labor doctrinal
de misioneros y clérigos, encargados de adoctrinar a grupos étnicos como los
nahuas y otomíes en la época novohispana.[10]
Romero señala que los elementos mnemotécnicos
fueron exitosos en Europa y, por ello, posteriormente fueron traídos a América.[11] Sin embargo, a la luz de
las nuevas perspectivas de estudio, no resulta suficiente apuntar que la labor
doctrinal de los miembros del clero en Nueva España tiene
antecedentes en Europa y que dichos antecedentes influyeron en el
proceder de los misioneros en la etapa novohispana. En mi perspectiva, es
prioritario profundizar en el estudio del significado de los discursos y las
prácticas de evangelización para el caso novohispano que, si bien partieron de
los métodos de enseñanza europeos, lograron adaptar dichos métodos a las nuevas
necesidades comunicativas de bilingüismo en América.
Al respecto, la semiótica de la imagen permite
conectar la parte iconográfica del impreso novohispano con la construcción
dinámica de una sociedad, que en el siglo XVI se encontraba configurando
parámetros culturales sincréticos. En este tenor, Delfín Ortega destaca la «reivindicación
de la memoria como fuente del discurso»[12]
para formar nuevas generaciones de convertidos y creyentes que difundieran el
Evangelio. Asimismo, señala la función de la imprenta como una «ventaja» para
la ordenación de las imágenes que se arraigaron en la memoria de los nativos,
quienes según el autor utilizaron «la imagen como elemento constructivo de
nuevos imaginarios».[13]
Sin duda la imprenta fue un símbolo de avance
y proyección intelectual en Nueva España, pero la «reivindicación» a la que
refiere Ortega no debe entenderse de modo impersonal: ¿quién se encargó de
«reivindicar» la memoria como fuente del discurso? Si bien la reproducción de
imágenes por la impresión en papel fue un aliciente para la memorización,
fueron las órdenes religiosas las que en este caso implementaron métodos
mnemotécnicos para la evangelización: no solamente se apoyaron en el poder
visual de la imagen; sino que también se basaron en el bilingüismo como
estrategia en un nivel semiótico-discursivo (dentro de la imagen) y en un nivel
social (para agilizar formación doctrinal de los indios).
Para el caso que aquí nos ocupa, los años
posteriores a 1570 representaron un «proceso de consolidación institucional»[14] en Nueva España que incluyó
a las órdenes religiosas. Este aspecto resulta crucial para entender las
estrategias de control que fueron aplicadas ante la expansión del dominio de
cada orden religiosa: el proceso de evangelización en Nueva España fue
emprendido primeramente por los franciscanos en 1523, por los dominicos en 1526
y por los agustinos en 1533.[15] Una de estas estrategias
fue de tipo lingüístico, para poder convertir a los indígenas a través de la
bina imagen-palabra de una forma directa, es decir, monolingüe en lengua
indígena. Por lo que se puede pensar que la imprenta funcionó como una
herramienta indispensable no sólo para difundir los textos doctrinales, sino
también para distinguir los códigos de propiedad que las órdenes religiosas
asentaron sobre las gramáticas, los vocabularios y las traducciones.
Como se ha visto hasta ahora, las
investigaciones actuales muestran la complejidad del caso novohispano. Falta
mucho por decir sobre el proceso de evangelización e hispanización de los
nativos americanos; por lo pronto, un buen comienzo es cuestionar los supuestos
y generalizaciones sobre este tema.
Datos
editoriales de la Doctrina christiana en la lengua guasteca con la lengua
castellana (1571)
La Doctrina christiana en la lengua
guasteca con la lengua castellana[16]
es una obra doctrinal de la orden de San Agustín, escrita por fray Juan de
la Cruz e impresa por Pedro Ocharte en 1571. Los agustinos se asentaron en
México a mediados del siglo XVI y avanzaron del centro del país
hacia los estados de Puebla, Veracruz e Hidalgo,
para posteriormente ocupar Querétaro y San Luis Potosí; en estos dos últimos
lugares, la zona Este tuvo como lengua nativa el huasteco. Una vez que
dominaron esta región, avanzaron hasta Zacatecas y al Oeste hasta Jalisco. Uno
de los centros de organización más importantes de la orden se instaló en
Michoacán al inicio del siglo XVII.
La Doctrina christiana en la lengua
guasteca con la lengua castellana formó parte de las 27 ediciones de la
orden de San Agustín que se imprimieron en el periodo de 1540 a 1600,[17] de las cuales 19 ediciones
cuentan con grabados xilográficos. De este modo puede afirmarse el uso
frecuente del grabado en los impresos novohispanos de la segunda mitad del
siglo XVI, principalmente por su función didáctica que apostaba a la
visualización como complemento del texto doctrinal para agilizar la transmisión
del conocimiento; o bien, para confirmar que se comprendiera del modo en que se
pretendía enseñar.
Cabe destacar que su impresor Pedro Ocharte
fue uno de los que mostró mayor visión dentro de la empresa editorial
novohispana. Fue el tercer impresor después de Juan Pablos y Antonio Espinosa.
Inició sus labores como impresor dos años después de la muerte de Juan Pablos
en 1560, con quien tuvo una relación de parentesco; por ello, pudo negociar con
su suegra, la viuda de Pablos, la renta del material de impresión que sería el
inicio de la más amplia colección de grabados xilográficos pertenecientes a un
solo impresor en Nueva España del siglo XVI.[18]
Por tratarse de una obra impresa por Ocharte,
podemos entender la variedad de grabados que presenta la Doctrina christiana
en la lengua guasteca con la lengua castellana. De los 82 grabados que se
registran en dicha doctrina, 40 de ellos pertenecieron al stock de Juan Pablos
y fueron conservados por Ocharte en 1571. Sin embargo, Ocharte fue encarcelado
en 1572 por lo que tiene que rentar su material de impresión y vender parte de
él a otro impresor que iniciaba llamado Pedro Balli.
En este apartado he puesto de relieve la
estrecha relación entre las órdenes religiosas y los impresores novohispanos,
pues ambos grupos compartieron la visión de la imprenta como empresa. A pesar
de que muchos de los otros colaboradores e intermediarios como los grabadores,
encuadernadores y traductores quedaron en el anonimato en el caso del siglo
XVI, es posible configurar la articulación de la producción editorial como
integral, para cubrir las necesidades sociales de posicionamiento de cada una
de las órdenes religiosas, entre otras instituciones.
Monolingüismo
o bilingüismo en las obras doctrinales
La primeras doctrinas que se imprimieron en
Nueva España fueron ordenadas por el obispo Juan de Zumárraga: Dotrina breue muy prouechosa de las cosas
que pertenecen a la fe cathólica y a nuestra cristiandad en estilo llano, para
común inteligencia (1544), Doctrina cristiana para instrución y información de
los indios, por manera de hystoria (1544), Doctrina cristiana en que en suma se
contiene todo lo principal y necessario que el cristiano deue saber y obrar
(1545) y la Doctrina cristiana más cierta y verdadera para gente sin erudición
y letras (1546).[19]
Las dos primeras fueron bilingües en español-latín y las otras fueron
monolingües en español.
Años después comenzaron a editarse doctrinas
en lengua indígena como la Doctrina cristiana en lengua mexicana, del
franciscano Pedro de Gante en c. 1547, reimpresa en c. 1548, en 1553 y en c.
1556.[20] Esta doctrina ha sido
valorada por la crítica especializada como el primer esfuerzo por evangelizar
en lengua indígena (náhuatl), en una época en la que los franciscanos asentados
en Nueva España buscaban formar indígenas instruidos en la doctrina cristiana;
esto con la finalidad de enviarlos a las misiones fuera de los espacios de
concentración de la orden franciscana para extender el dominio de dicha orden.[21]
Cabe destacar que la doctrina de Gante fue
impresa en versión monolingüe, sin glosas ni apuntes en español o latín. Este
aspecto no debe pasarse por alto porque pudo haber representado un reto para
aquellos misioneros que no tenían una competencia lectora en náhuatl. No
obstante, las numerosas ediciones de dicha doctrina reflejan su aceptación o su
utilidad para el programa de evangelización de los franciscanos. No puede
comprobarse que para el periodo de 1547 a 1553, en el que se imprimió la
doctrina, ya hubiera misioneros indígenas; no obstante, es posible que los
franciscanos se propusieran tempranamente formar misioneros indígenas que
utilizaran o que ayudaran a comprender la doctrina en lengua náhuatl.
Considerando lo anterior, quizá fue necesario
comenzar a imprimir doctrinas bilingües con lengua indígena para facilitar la
labor de los evangelizadores, ya fueran españoles o indígenas con poco dominio
de la segunda lengua. Las doctrinas bilingües náhuatl-español comenzaron a
imprimirse en el mismo taller de Juan Pablos en 1548; tal es el caso de la Doctrina
christiana en lengua española y mexicana, hecha por los religiosos de la orden
de Sancto Domingo, la cual fue reimpresa en 1550. En 1554, se imprimió otra
doctrina bilingüe náhuatl-español titulada Doctrina cristiana en lengua
mexicana y castellana, de Toribio de Benavente. Posteriormente, se optó por
la traducción del español al náhuatl[22]
de la Doctrina cristiana breve traducida en lengua mexicana, de Alonso
de Molina en c. 1553.[23]
La segunda mitad del siglo XVI significó la
regulación del libro en Nueva España.[24]
En 1555, se celebró el primer concilio provincial en Nueva España, presidido
por el arzobispo Alonso de Montúfar. Uno de los acuerdos fue: «Que se hagan
Doctrinas para los indios [...] ordenamos y mandamos la una breve y sin glosa
[...] y la otra con declaración sustancial delos artículos de la fe, y
mandamientos y pecados mortales [...] y se traduzgan [sic] a muchas lenguas, y
se impriman»[25].
El segundo concilio fue en 1565, en el que se
estableció que las doctrinas debían ser los únicos documentos accesibles para los indios;
además, se afirmaba que la lengua castellana se enseñaría a los niños para que
leyeran y escribieran en esa lengua, pues se consideraba irrespetuoso que se
dirigieran a sus superiores en su propia lengua. Esto en seguimiento a la
cédula real, que desde 1550 había indicado la enseñanza del castellano a los
indígenas.[26] Sin embargo, los numerosos
impresos doctrinales bilingües durante la segunda mitad del siglo XVI
demuestran la escasa aplicación de este segundo concilio.
A partir de 1559, la expansión religiosa de
los franciscanos requirió de
una obra doctrinal monolingüe en tarasco titulada Diálogo de doctrina
christiana en la lengua de Mechuacán, de Maturino Gilberti; al mismo tiempo
que un vocabulario en la misma lengua, que posiblemente funcionó como
complemento y apoyo para que los misioneros comprendieran la obra doctrinal en
tarasco. En 1567 salió a la luz una doctrina bilingüe español-zapoteco Doctrina
christiana en lengua castellana y çapoteca,
de Pedro de Feria. En el mismo año, se publicó la Doctrina en lengua misteca,
de Benito Hernández, que es editada nuevamente en 1568 como Doctrina en
lengua mixteca.
Es relevante que la década de 1559 a 1568 se
diversificara el registro lingüístico de los textos doctrinales al tarasco,
zapoteco y mixteco. También es notable que en el primero y segundo caso se
realizaran ediciones monolingües en lengua tarasco y en mixteco, respectivamente,
como una manera de iniciar la evangelización en regiones diferentes a las de
habla náhuatl.
Nótese que fue hasta 1565 cuando se optó por
la impresión de otra doctrina monolingüe en español titulada Doctrina
cristiana breue y compendiosa por vía de diálogo, de Domingo de la
Anunciación. Con ello, observamos que las primeras órdenes religiosas que
llegaron a Nueva España se centraron de inicio en comunicar la doctrina
cristiana de forma monolingüe en lengua indígena, pero al poco tiempo optaron
por el bilingüismo con la incorporación de la lengua española a los impresos
doctrinales.
A continuación, presento un cuadro que
clasifica las doctrinas publicadas entre 1553 y 1571 en monolingües y
bilingües, con la finalidad de mostrar la recurrencia de las mismas en el
periodo que antecedió a la Doctrina christiana en la lengua guasteca con la
lengua castellana (1571):
Doctrinas monolingües |
Doctrinas bilingües |
Doctrina cristiana en que en suma se
contiene todo lo principal y necessario que el cristiano deue saber y obrar
(1545) Doctrina cristiana más cierta y verdadera
para gente sin erudición y letras (1546) Doctrina cristiana en lengua mexicana (c.
1547), de Pedro de Gante Doctrina cristiana breve traducida en lengua
mexicana (c. 1553), de Alonso de Molina Diálogo de doctrina christiana en la lengua
de Mechuacán (1554), de Maturino Gilberti Doctrina cristiana breue y compendiosa por
vía de diálogo (1565), de Domingo de la Anunciación Doctrina en lengua misteca (1567), de Benito
Hernández Doctrina en lengua mixteca (1568), de Benito Hernández |
Dotrina breue muy prouechosa de las cosas
que pertenecen a la fe cathólica y a nuestra cristiandad en estilo llano,
para común inteligencia (1544) Doctrina cristiana para instrución y
información de los indios, por manera de hystoria (1544), de Pedro de Córdoba Doctrina christiana en lengua española y
mexicana, hecha por los religiosos de la orden de Sancto Domingo (1548) Doctrina cristiana en lengua mexicana y
castellana (1554), de Toribio de Benavente Doctrina christiana en lengua castellana y çapoteca (1567), de Pedro de Feria Doctrina christiana en la lengua guasteca
con la lengua castellana (1571), de Juan de la Cruz |
Tabla 1. Registro comparativo de las doctrinas monolingües y
bilingües impresas en Nueva España durante el periodo de 1553 a 1571
En la primera columna se registran ocho obras
doctrinales monolingües, de las cuales
tres fueron impresas en español: la de 1545, la de 1546 y la de 1565.
El resto se trata de doctrinas impresas en lenguas indígenas como el náhuatl,
el tarasco y el mixteco, con versiones monolingües para el caso del tarasco y
el mixteco.
En la segunda columna observamos seis
doctrinas bilingües, impresas a partir de 1544 en español-latín y después de
1548 en español-náhuatl, náhuatl-español, español-zapoteco y huasteco-español.
Nótese que el zapoteco y el huasteco aparecen por primera vez en registro
lingüístico impreso en las doctrinas bilingües, por lo que no cuentan con
antecedentes de impresos monolingües como en el caso del náhuatl. Esto tiene
que ver quizá con la estrategia de asentamiento y posterior expansión de las
órdenes religiosas, lo que se vincula con la traducción de doctrinas cristianas
y su impresión en formato bilingüe como empresa fundamental en la segunda mitad
del siglo XVI.
Análisis
del método mnemotécnico de evangelización bilingüe
En este apartado presento un método peculiar
de evangelización mnemotécnica empleado por los agustinos para evangelizar a
los huastecos, localizado en 15 grabados xilográficos integrados en la Doctrina
christiana en la lengua guasteca con la lengua castellana (1571). Cada
grabado representa una mano abierta (derecha o izquierda, según sea el caso)
con los cinco dedos extendidos, para colocar en cada uno una leyenda ya sea en
español, ya sea en huasteco o ya sea en ambas lenguas.
Dichos grabados no pueden considerarse de la
misma serie, pues muestran variaciones en su composición. Por ejemplo:
variaciones de tipo lingüístico (como la presentación monolingüe/bilingüe),
variaciones de diseño (en el marco y en el trazo de la mano) y variaciones de
contenido (el credo, los mandamientos, los deberes religiosos, las formas de
sanar el pecado venial, los pecados capitales, las obras de misericordia y las
virtudes teologales).
El credo
La imagen 1 muestra el credo cristiano en
español, resumido en 14 frases que fueron distribuidas en los cinco dedos de la
mano izquierda (dedo pulgar: Dios todopoderoso que es padre/ dedo índice: que
es creador, que es justo, que es hijo/ dedo medio: encarnó del Padre, que es
glorificador, que es salvador/ dedo anular: descendió a los infiernos, recibió
muerte y pasión, nació de la Virgen María/ dedo meñique: de allá vendrá a
juzgar, subió al cielo, resucitó a; tercer día).
Dichas frases están numeradas en orden
ascendente del dedo pulgar al meñique, para dirigir su lectura y facilitar su
memorización. El diseño de la extremidad superior izquierda tiene sombreado y
cierta proporción entre el tamaño de la palma y el largo de los dedos, dentro
del marco de filetes cuádruples.
La imagen 1 tiene en el margen un fragmento de
la biblia, que por tratarse del texto sagrado fue inscrito en latín: «Sapientia
& fortitudo eiunsʃunt:
& ipʃe
mutat tempora, & aetates transfert regna: at & constituitdat sapientiam
sapientibus & icientiam inteligentibus disciplinam» [Él muda los tiempos de la sabiduría y la fuerza y las edades
transfieren reinos: entonces constituyen la sabiduría y la
instrucción]. Además, al interior de la imagen se
presenta una frase del Apocalipsis: «Ego sum alfa & oprimus &
nouissimus: principium & finis» [Yo soy el Alfa y Omega: el último, el
principio y el fin]. Como se observa, dichos fragmentos bíblicos en latín
—también presentes en otros casos—[27]
no tenían alguna relación directa con el contenido específico del grabado; por
lo que su presencia en el grabado tenía una finalidad distinta.
En la imagen 2 se observa la misma forma de la
mano que en la imagen 1, pero con texto en huasteco. El margen es el mismo
también, pero las palabras en latín desaparecen del marco. Este último punto
podría apuntar que las palabras en latín de la imagen 1 iban dirigidas a los
religiosos que desempeñaban las labores de evangelización; mientras que en la
imagen 2 esas notas no eran necesarias porque tenían una función de guiar al
evangelizador y no tendrían sentido para los huastecos en ese contexto de
enseñanza.
Imagen 1 y
2
Los mandamientos
Los diez mandamientos (dedo pulgar: no
desearás los bienes de tu prójimo/ dedo índice: no jurarás el nombre de Dios en
vano, no desearás a la mujer de tu prójimo/ dedo medio: santificar las fiestas,
no levantarás falso testimonio/ dedo anular: honrarás padre y madre, no
hurtarás/ dedo meñique: no matarás, no fornicarás) pueden observarse en la
imagen 3 —escritos en español— y en la imagen 4 —escritos en huasteco—.
La distribución es de un par de mandamientos
por cada dedo de la mano. Nótese que el diseño de la mano es diferente al de
los dos ejemplos anteriores, pues en la imagen 3 se observa una mano más ancha
y con un número mayor de marcas en la palma. La imagen 4 muestra los
mandamientos en huasteco, con diferencias de diseño mínimas como un menor número
de marcas en la palma de la mano.
En las imágenes 3 y 4 el marco es de filetes
dobles, sin glosas en latín y sin numeración secuencial entre las frases. La
numeración de los mandamientos no era requerida porque en la doctrina cristiana
tienen un orden descendiente por importancia: el primero es «Amarás a Dios
sobre todas las cosas» y el último es «No hurtarás».
Por lo tanto, la estrategia de memorización
—que se puede deducir de la distribución de los mandamientos en los dedos de la
mano de las imágenes 3 y 4— era colocar el primer mandamiento en el dedo índice
izquierdo, en la falange superior. Subsecuentemente el segundo mandamiento, en
el dedo medio, falange superior; el tercer mandamiento, en el dedo índice, falange superior y;
el cuarto mandamiento, en el dedo meñique, falange superior. En adelante,
utilizaban las falanges inferiores para colocar el resto de los mandamientos
comenzando por el dedo meñique y terminando en el pulgar; es decir, en
dirección invertida a la de los primeros cuatro mandamientos.
De este modo, los adoctrinados podían
memorizar los diez mandamientos con el uso de una sola mano, repasándolos de
ida y vuelta en los cinco dedos. Este aspecto llama la atención cuando surge la
pregunta: ¿por qué no utilizaban las dos manos para repasar los diez
mandamientos? Esta cuestión se responde si discernimos la iconografía de las
prácticas de evangelización. Es decir, quizá durante la enseñanza el
adoctrinado podía utilizar ambas manos para memorizar los diez mandamientos;
pero para el diseño iconográfico del grabado que representa el método
mnemotécnico era más sencillo, menos espacioso y más económico condensar los
diez mandamientos en un solo grabado.
Otra posibilidad para la representación de una
sola mano y no de las dos manos fue el modelo de la «mano guidoniana»,[28] acuñado por el músico
italiano Guido de Arezzo en la temprana Edad Media. Dicho modelo plasmaba los
saberes en una sola mano, sin registrar el uso de la otra mano. Por ello, es
probable que los grabadores del siglo XVI hayan intentado reproducir el formato
de la «mano guidoniana» sin alterar su diseño original de una mano, para
mantener la referencia a un método didáctico exitoso en la época medieval.
Imagen 3 y
4
Los
sacramentos
Los siete sacramentos (dedo pulgar: orden de
matrimonio, orden sacerdotal, extremaunción/ dedo índice: comunión/ dedo medio:
penitencia/ dedo anular: confirmación/ dedo meñique: bautismo) también forman
parte de la doctrina cristiana y fueron colocados en la imagen 5, con la
representación de la mano izquierda en versión bilingüe en español y en
huasteco, en un solo grabado.[29]
La imagen 5 presenta los siete sacramentos de
la iglesia católica en español, sin regularidad de la correspondencia de cada
frase por cada dedo; esto debido a que el número de sacramentos rebasa el
número de dedos, pero el grabador optó por comprimir la información en la misma
mano como en los casos anteriores. No obstante, para la imagen 5 cabe apuntar
que la brevedad de las frases permitió colocar en el mismo grabado la leyenda
en español y en huasteco, sin problemas de espacialidad.
El marco de la imagen 5 se verá también en la
imagen 6. Destaca por los elementos ornamentales tales como dos columnas de
estilo romano y un arco con inscripciones proverbiales en latín, que forma dos
enjutas en las esquinas superiores con dos dragones de fuego dentro de cada
una. No podemos afirmar que este marco fue exclusivamente empleado para los
grabados con registro lingüístico bilingüe, pues la imagen 9 también tiene
bilingüismo y no cuenta con el mismo margen que las imágenes 5 y 6. Aún así,
resulta interesante el uso selectivo de este marco ornamental para las imágenes
5 y 6; sobre todo por el contraste del diseño llamativo de éste, frente a la
simpleza del margen de las imágenes 7, 9, 10, 11 y 13.
Imagen 5
En la Doctrina christiana en la lengua
guasteca con la lengua castellana, los sacramentos están ilustrados con
grabados de figuras religiosas, además de su registro en el método mnemotécnico de la representación de
la mano. Por ejemplo, la Confesión:
La Confesión
Grabado
xilográfico 32x40 mm, en Doctrina
christiana…, 1571
Lo mismo sucede con el credo o las obras de
misericordia, que también están representadas iconográficamente mediante
grabados de tipo ilustrativo devocional. Tanto el método mnemotécnico de las
manos como el grabado xilográfico tuvieron la función didáctica de transmitir
los principios de la fe cristiana; lo interesante es la coexistencia de ambos
en la doctrina que aquí se analiza, lo que perfila al grabado como un elemento
insoslayable dentro de la composición de un libro de carácter doctrinal en los
inicios de la evangelización en Nueva España.
El discurso de evangelización estuvo
fundamentado en una didáctica de la imagen; sin embargo, en una mirada más
amplia al corpus editorial de la segunda mitad del siglo XVI podría apuntarse
que los grabados con figuras religiosas tuvieron una función ilustrativa de
tipo devocional. Mientras que el método mnemotécnico de las manos fue de tipo
instructivo, para indicar una forma específica de enseñanza que se sustentaba
en la memorización.
Los deberes religiosos
La imagen 7 muestra cinco deberes religiosos
(dedo pulgar: oír misa los domingos y
fiestas/ dedo índice: confesar la cuaresma/ dedo
medio: comulgar la paz/ dedo anular: ayunar cuando lo manda la Iglesia/ dedo
meñique: pagar diezmos y primicias), presentados con el inicio en verbo
infinitivo con tono imperativo. Su composición es bilingüe al igual que la
imagen 5, porque presenta cinco deberes religiosos, uno en cada dedo, con la
versión bilingüe en español y en huasteco.
En cuanto al diseño, la imagen 7 tiene el
mismo marco ornamental de la imagen 5; pero no así la misma plantilla de mano:
la imagen 5 muestra el dedo pulgar arqueado y con la uña más pequeña. En
cambio, la imagen 7 tiene el pulgar extendido para dar mayor linealidad al
texto que en él fue colocado. El trazo de la mano de la imagen 7 es menos
elaborado que el de los ejemplos anteriores; pero conserva detalles del relieve
sombreado en el contorno.
Imagen 7
Las formas de sanar el pecado venial
Las imágenes 8 y 9 muestran las formas de
sanar el pecado venial (dedo pulgar: por oír misa/ dedo índice: por bendición
del Obispo, por comulgar/ dedo medio: por recibir agua bendita, por decir la
confesión/ dedo anular: por tomar pan bendito, por golpe de pechos/ dedo
meñique: por oír la palabra de Dios, por decir Padre Nuestro). Nuevamente, como
en los primeros cuatro ejemplos, se diseñaron dos grabados de la mano izquierda
para explicar el pecado venial en español (imagen 8) y en huasteco (imagen 9).
La imagen 8 distribuye nueve frases iniciadas
con la preposición «por» como complemento de la frase «El pecado venial se
perdona por…» que no está explícita, pero que puede inferirse
gramaticalmente en español. En la misma imagen pueden destacar los espacios en
blanco, identificados en la parte inferior de cada uno de los dedos: esto
debido a que se trata de la misma mano que las imágenes 1, 2, 11 y 12, las
cuales fueron destinadas a textos más extensos. La simpleza del marco de la
imagen 8 se contrapone al marco de filetes dobles de la imagen 9. Asimismo, la
forma de la mano es distinta en ambos casos y la leyenda en latín solamente aparece
en la imagen 9.
Imagen 8 y 9
Los pecados capitales
Al igual que en el caso de los sacramentos,
los pecados capitales son siete (soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula,
envidia y pereza); los cuales fueron distribuidos de manera similar que los
sacramentos en la mano derecha, pero esta vez con versión bilingüe en un solo
grabado (imagen 10). La solución espacial fue colocar los primeros tres pecados
capitales alrededor del dedo pulgar en la imagen 10. La diferencia del diseño
de la imagen 10 con las anteriores es que esta vez se trata de la mano derecha
y no de la mano izquierda; esto es visible porque se aprecian las uñas de todos
los dedos en el primer plano. Lo anterior nos muestra que, en caso de que se
haya implementado el método de las manos para memorizar la doctrina, se utilizó
la representación de ambas manos para ese fin; de este último aspecto no se ha
registrado antecedente en Europa, lo cual podría significar una innovación en
el caso mexicano.
Imagen 10
El grabado 10, así como el 5 y el 7, es un
grabado bilingüe que condensa en el mismo grabado el registro lingüístico en
español y en huasteco. Si lo comparamos con los otros grabados similares antes
mencionados, el grabado 10 muestra trazos muy elementales y un marco de filete
simple. Los dedos tienen relieves sombreados, pero carecen de las marcas que
texturizan la piel de la mano y la definición de las articulaciones.
Las obras de misericordia
Las 14 obras de misericordia (dar de comer,
dar de beber, visitar, dar posada, dar de vestir, enseñar, enterrar, redimir,
consolar, castigar, aconsejar, orar, perdonar y sufrir) fueron colocadas en
español en la imagen 11 y en huasteco en la imagen 12, por separado. Cabe
destacar que las imágenes 11 y 12 son dos plantillas idénticas a las de las
imágenes 1, 2 y 8, con la misma distribución de 14 elementos en tres por cada
dedo y dos en el pulgar.
Imagen 11
y 12
Las virtudes teologales
Las siete virtudes teologales (fe, esperanza,
caridad, fortaleza, templanza, justicia, prudencia) son colocadas en los cinco
dedos de la mano en las imágenes 13 y 14, nuevamente con abigarramiento de tres
de ellas en el dedo pulgar por la falta de correspondencia entre los elementos
enumerados y la cantidad de dedos de la mano (véase casos similares los
sacramentos y los pecados capitales).
La imagen 13 es la versión en español, con
inscripciones en latín en el marco de filetes cuádruples. La versión en
huasteco es la imagen 14, con marco de filete simple y un trazo elemental como
el de las imágenes 8 y 10.
Imagen 13
y 14
Los
siete dones del Espíritu Santo
Este último par de
ejemplos corresponde
a los siete dones del Espíritu Santo (dedo pulgar: temor de Dios/dedo índice:
fortaleza y piedad/dedo medio: entendimiento/dedo anular: ciencia/ dedo
meñique: sabiduría), con dos grabados distintos (imágenes 15 y 16) que muestran
por separado la versión en español y en huasteco.
La imagen 15 muestra una mano de trazo burdo y
un tanto desproporcionado porque el dedo pulgar es excesivamente grande. No
obstante, el grabado de la imagen 14 está ornamentado con un marco de filetes
dobles que contiene una leyenda latina «requies cet super eum spiritus domini:
spiritus sapientie & intellectus confiln & fortitudinis scientie
pietatis timoris Dni. Esa. II». Nuevamente observamos dos grabados distintos,
con el contraste ornamental en el que destaca la versión en español; caso
opuesto de lo que sucede en el ejemplo de las «Formas de sanar el pecado venial»,
en el que la versión huasteca tiene mayor cantidad de ornamentos que la versión
en español.
La imagen 16 corresponde a los siete dones del
Espíritu Santo en huasteco. Es la misma mano de la imagen 10, con la diferencia
de que la imagen 10 es versión bilingüe y la imagen 16 es monolingüe en
huasteco. Si bien el marco es simple en ambos casos, la imagen 10 cuenta con
una leyenda latina que no aparece en la imagen 16.
Imagen 15
y 16
Conclusiones
El método mnemotécnico de evangelización
bilingüe aquí estudiado representa una labor de enseñanza de la doctrina
cristiana más compleja de lo que se ha dicho hasta ahora: no se trató de un
desplazamiento lingüístico de la lengua nativa por el español, o viceversa;
sino de un sistema de enseñanza bilingüe que apostó por la memorización para
hacer más eficiente la labor evangélica. Este planteamiento se sostiene con el
seguimiento a la impresión de los textos doctrinales bilingües novohispanos,
que gradualmente fueron desapareciendo cuando la evangelización se afianzó en
tierras americanas.
Lo anterior tiene detrás un
entramado social novohispano que se ha simplificado como receptivo a la
imposición de la
Conquista española, pero que se sostuvo en procesos de negociación, adecuación y apropiación en los que
participaron activamente los nativos americanos para asimilar una nueva realidad.
En respuesta a los planteamientos de Serge Gruzinski sobre el modo
en que evolucionó la organización de la memoria indígena a partir de la
escritura,[30] puedo apuntar que los
métodos de evangelización europeos apostaron durante el siglo XVI por un
equilibrio entre el conocimiento de una lengua nueva como el español y la
incorporación del sistema lingüístico indígena. En ese contexto, el bilingüismo
fue considerado una puerta de entrada al nuevo mundo; por lo que su adecuación
en el libro impreso fue una prioridad de los intelectuales de la etapa inicial
de la imprenta en México.
Dado a que hasta ahora no he localizado algún
otro registro de este método mnemotécnico en los inicios de la evangelización
en Nueva España, puedo apuntar que quizá se trató de una didáctica implementada
exclusivamente por los agustinos durante la segunda mitad del siglo XVI;[31] sin embargo, esto está por
verse en el avance del siglo XVII. Actualmente formo parte del proyecto «Tipoblibiografía
mexicana siglo XVII (1601-1650)», dentro de un equipo de trabajo que se ocupa
del registro del uso del grabado en el siglo XVII, para identificar los casos
de continuidad en el uso de grabados del siglo XVI en Nueva España.
Respecto al diseño de los grabados presentados
en este artículo, desde el análisis material puedo apuntar las siguientes
observaciones: a) los grabados son distintos en cuanto a la iconografía, por lo
que no pueden considerarse parte de una misma serie de grabados; b) vinculado
con lo anterior, tampoco se trata del mismo grabador para los 15 casos pues
solamente los casos 1, 2, 7, 10 y 11 tienen formas de la mano idénticas;
c) los marcos también son diferentes, lo
que abona a la idea del inciso “b”; d) el uso del latín en los grabados 1, 5,
6, 8 y 12, cuya función dentro de la composición del grabado es distinta al
texto relacionado con el conocimiento doctrinal: se trata de citas bíblicas en
latín en el marco o en la parte superior del grabado, que no tienen una
intención comunicativa de instrucción como sí la tiene el contenido doctrinal
de cada grabado de mano, por lo que no se ha considerado en este artículo como
una tercera lengua en coexistencia con el español y el huasteco y; e) algunos
indicios como los espacios en blanco en la imagen 7 muestran que se realizaban
dos golpes de prensa: uno para la forma de la mano y otro para el texto.
Lo que se puede apreciar en el aspecto
mnemotécnico es el uso de las dos manos como herramientas para la memorización,
mismas que eran vistas como unidad; pues no se localiza el uso aislado de los
dedos de la mano. No obstante, he advertido que debido a la posible adaptación
de un modelo didáctico de la «mano guidoneana» los grabadores se propusieron la
reproducción iconográfica de una mano; lo que no exime el uso de las dos manos
en la práctica evangelizadora.
En cuanto al bilingüismo huasteco-español,
puedo concluir que el ejercicio didáctico de memorización fue planeado para que
fuera funcional desde dos perspectivas: primera, para que el nativo aprendiera
los principios de la doctrina cristiana en su propia lengua; segunda, para que
el evangelizador pudiera entender lo que debía transmitir al nativo por medio
de la doctrina en español y su versión en huasteco, a manera de guía sobre todo
para aquellos misioneros que no dominaban del todo la lengua indígena. Con el
análisis del método mnemotécnico que aquí se estudia se tiene evidencia de que
el proceso de evangelización atendía primero a la memorización en la lengua
indígena; sin embargo, con ello no se puede afirmar que después de que el
nativo dominaba la doctrina en lengua indígena se le inducía a la traducción y
memorización en español.
En el marco de los concilios mexicanos del
siglo XVI, lo trascendente a apuntar aquí es el bilingüismo como estrategia de
control por parte de las órdenes
religiosas, que se apoyaron en la cultura escrita de textos doctrinales
bilingües para la conversión efectiva de los nativos y la
formación de misioneros indígenas; lo que les permitió posicionarse en
territorios estratégicos con nuevas necesidades comunicativas.
Finalmente, habría que subrayar el empeño de
las órdenes religiosas por codificar las lenguas indígenas, en un ejercicio de
«apropiación» y «adaptación»[32] lingüística tanto del español como de las lenguas indígenas,
que no puede considerarse una pérdida de valor cultural en ninguno de los dos
casos. Sino un esfuerzo colectivo por asimilar las nuevas circunstancias de
colonización, encauzadas principalmente por la evangelización cristiana; en
este tenor, la imprenta fue un aliciente para la transmisión de conocimientos
doctrinales, cuya evidencia material representa un indicio de la diversidad de
estrategias implementadas en las prácticas de evangelización en Nueva España.
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López, Elvia Estefanía. “Método mnemotécnico de evangelización bilingüe en la Doctrina christiana
en la lengua guasteca con la lengua castellana de 1571”. Humanidades:
revista de la Universidad de Montevideo, nº 8, (2020): 269-297.
El autor es responsable intelectual de la totalidad (100 %) de la
investigación que fundamenta este estudio.
Editor responsable Fernando Aguerre: faguerre@um.ed.uy
[1] Esto como parte del proyecto “Tipobibliografía mexicana siglo XVII (1601-1650)” desarrollado en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), dentro del cual se ha iniciado la elaboración de un Repositorio Biblioiconográfico Digital que registre, clasifique y describa los grabados, los ornamentos y las letras capitales de los impresos novohispanos. El interés por el estudio de la imprenta novohispana a partir del análisis material ha sido impulsado por la Dra. Guadalupe Rodríguez Domínguez desde 2015, con el proyecto “Imprenta y literatura en la Nueva España, siglos XVI y XVII”, con Apoyo PRODEP NPTC: UASLP-PTC-535 / DSA/103.5/15/6988 (junio 2015 - junio 2016). Como resultado, fue publicado el Repertorio Tipobibliográfico de “La Imprenta en México en el siglo XVI” (Mérida: Editora Regional de Extremadura, 2018), trabajo de investigación de la Dra. Rodríguez que recibió el XX Premio de Investigación Bibliográfica Bartolomé José Gallardo (diciembre 2017, Campanario, Badajoz, España). Actualmente, se le da continuidad a la elaboración de dicho repositorio en el proyecto “Tipoblibiografía mexicana siglo XVII 1601-1650” a través del Fondo Sectorial de Investigación para la Educación Ciencia Básica SEP-CONACYT, con clave de registro A1-S-13259.
[2] De la Cruz, Juan, Doctrina cristiana en la lengua guasteca con la lengua castellana, 1571, [http://primeroslibros.org/detail.html?lang=es&work_id=304176], ejemplar digitalizado de Houghton Library, Harvard University, Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos. Primeros Libros de las Américas: Impresos Americanos del siglo XVI en las Bibliotecas del Mundo.
[3] Iván Romero Torres, “Imagen y memoria. Artefactos mnemotécnico-figurativos para la predicación cristiana en Europa y Nueva España”, en Pensamiento novohispano, coord. Noé Héctor Esquivel Estrada (México: Universidad Autónoma del Estado de México, 2019), 116.
[4] Mercedes Fernández Valladares, “Biblioiconografía y literatura popular impresa: la ilustración de los pliegos sueltos burgaleses (o de babuines y estampas celestinescas”, e-Humanista 21, (2012): 87.
[5] Este cambio de perspectiva de estudio fue impulsado para reforzar la relación entre texto e imagen, dentro del contexto del libro impreso. Se trata de “aplicar mirada y métodos tipobibliográficos a la biblioiconografía” para que las imágenes adquieran sentido dentro de una composición textual que las contiene. Con base en ello, se realiza una “arqueología de las estampas” para indagar su motivo iconográfico, su procedencia y aparición en uno o varios impresos (Fernández, “Biblioiconografía”, 108).
[6] María Isabel Grañén Porrúa, Los grabados en la obra de Juan Pablos. Primer impresor de la Nueva España 1539-1560 (México: Fondo de Cultura Económica, 2010), xxiii.
[7] Guadalupe Rodríguez Domínguez, “Primeros vagidos de tipografía y biblioiconografía mexicana del siglo XVI”, Varia Historia 35, no. 68 (2019): 565-594.
[8] Guadalupe Rodríguez Domínguez, La imprenta en México en el siglo XVI (Mérida: Editora Regional de Extremadura, 2018).
[9] Rodríguez, La imprenta en México, 23.
[10] Romero, “Imagen y memoria”, 111.
[11] Esto para el caso de la evangelización cristiana, que según Romero se apoyó en la memoria artificial y en la imagen para la transmisión de conocimientos doctrinales. La mnemotecnia fue una práctica didáctica medieval, que tuvo un auge particular en tiempos posteriores con el descubrimiento de América y la necesidad creciente de adoctrinamiento de los nativos. La “instrucción visual” fundamentó la memorización pronta y efectiva de la doctrina cristiana (Romero, “Imagen y memoria”, 113), proceso que en este trabajo se aborda desde la perspectiva del bilingüismo.
[12] Delfín Ortega, “Palabra, Imagen y Símbolo en el Nuevo Mundo: De las “imágenes memorativas” de fr. Diego Valadés (1579) a la emblemática política de Guamán Poma de Ayala (1615)”, Nova Tellvs 27, n° 2 (2009): 64.
[13] Ortega, “Palabra, Imagen y Símbolo”, 64.
[14] Antonio Rubial García, “Las órdenes mendicantes evangelizadoras en Nueva España y sus cambios estructurales durante los siglos virreinales”, Históricas digital 83, (2010): 220.
[15] Rubial, “Las órdenes mendicantes”, 216.
[16] Véanse detalles de edición en Rodríguez, La imprenta en México, 270.
[17] Guadalupe Rodríguez Domínguez, “Biblioiconografía Mexicana del siglo XVI: uso y genealogía del grabado”, en La fisonomía del libro medieval y moderno. Entre la funcionalidad, la estética y la información, editado por Camino Sánchez Oliveira y Alberto Gamarra Gonzalo (Zaragoza: Prensas de la Universidad de Zaragoza): 319.
[18] Esta información ha sido documentada en el Repositorio Biblioiconográfico Digital “Tipobilbiografía mexicana siglo XVI”, en proceso de elaboración en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, financiado a través del Fondo Sectorial de Investigación para la Educación Ciencia Básica SEP-CONACYT, con clave de registro A1-S-13259.
[19] Rodríguez, La imprenta en México, 143.
[20] Sobre las ediciones de dicha doctrina véase Guadalupe Rodríguez Domínguez, “Las Doctrinas cristianas de la Orden de Santo Domingo impresas en México en el siglo XVI, ¿ediciones contrahechas?”, Revista Complutense de Historia de América 45, (2019): 21-48.
[21] Estefanía Yunes Vincke, “La Doctrina christiana en lengua mexicana de fray Pedro de Gante: una herramienta pedagógica para el Nuevo Mundo”, Estudios de historia novohispana 59, (julio-diciembre de 2018): 120.
[22] Sobre la traducción de esta doctrina véase Luis Resines Llorente, “Sobre el autor de la Doctrina Christiana”, Boletín del Instituto de Investigaciones Bibliográficas Universidad Nacional Autónoma de México 8, n° 1-2 (2002): 52.
[23] Para la descripción del ejemplar de esta doctrina véase Rodríguez, La imprenta en México, 177.
[24] Rodríguez, “Las Doctrinas cristianas”, 41.
[25] Constituciones del arçobispado y provincia de la muy insigne y muy leal ciudad de Tenuxtitlan Mexico de la nueua España, citado por Rosa María Fernández de Zamora, “Los concilios mexicanos promotores del libro y de la lectura en el siglo XVI”, Investigación bibliotecológica 22, n°45, (2008): s/p.
[26] Fernández, “Los concilios”, s/p.
[27] En el arco de la imagen 5 aparece la inscripción latina “Torcular calcauit dominus virgins filiejude inthre” [en la prensa pisó el hijo de la Virgen]. En la imagen 6, “Aud fili mi diciplinam patris tui: & medimittas legem matris” [al hijo lo disciplina el padre: y la madre medita su ley]. En la imagen 8, se trata del texto del salmo XXXI: “Fac bonfiquire pacem: & perʃequere ea, oculi domini Super iuʃtu: & aures eiua inpreces eorum” [“Los aparta del mal y hace la paz: los persigue el ojo y el oído de Dios para invocarlo]. En caso de la imagen 12 tiene una frase en latín tomada de los Corintios, pero la ilegibilidad de la frase en latín no me ha permitido aproximar su traducción. Las traducciones colocadas en corchetes son aproximadas pues fueron realizadas de manera aislada al texto bíblico; asimismo, pueden variar según la versión del texto bíblico que se consulte.
[28] Romero, “Imagen y memoria”, 116.
[29] Las imágenes 5, 6 y 9 son grabados con la singularidad de que presentan el contenido textual bilingüe en español y huasteco, simultáneamente en el mismo grabado.
[30] Gruzinski, La colonización de lo imaginario, p. 3.
[31] Hasta ahora sólo se ha documentado que la imagen de la mano continuó siendo empleada en la enseñanza de la música hasta el siglo XVIII. Romero, “Imagen y memoria”, 117.
[32] Karttunen y Lockhart, “Textos en náhuatl del siglo XVIII…”, 154.